Su hijo, sentado en el columpio, miraba el charco bajo sus pies. Entonces preguntó a su padre:
- Papá: ¿Por qué los mayores construyen los columpios siempre encima de un charco?
- Mira, hijo, los construyen bien; sólo que del pataleo se va haciendo un hoyo y luego, cuando llueve, se llenan de agua...
Entonces se dio cuenta de lo que estaba diciendo y rectificó: ¡Per molestar els nens, no dubtis!
Este obra de Jesús Marcial Grande Gutiérrez está bajo una
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