jueves, 21 de agosto de 2014

Cuentos de muchas mentiras: Polillita - 9: La fábrica de niños

Capitulo 9: La fábrica de niños


La fábrica de coches tenía un terreno al lado en el que estaban plantados miles de coches de juguete los que regaba un obrero con una manguera de gasolina para que se empaparan bien y crecieran gordos y lozanos. Cuando el árbol se hacía grande le colgaban los coches como si fuesen manzanas. Entonces venía una grúa que se los llevaba ponerles la matrícula para venderlos a la gente de la ciudad.
Los niños de la ciudad de las cosas de mentira eran fabricados en en la fábrica de niños que era algo distinta. Su producción era muy curiosa: en el centro de la fábrica había un horno muy grande con una caldea enorme llena de agua hirviendo. Unos señores traían melones y sandías que iban a ser las cabezas y las echaban en la olla. Después iban a por pepinos para las piernas y los brazos, higos para las orejas, aceitunas para los ojos, cabello de ángel para el pelo, berenjenas para la nariz... para los vestidos que llevarían echaban grandes hojas de lechuga y de acelgas. Por fin llamaban a la Bruja Ingeniera para que pronunciara las palabras mágicas:
"Abracadabra
olla macabra,
que salgan cien niños
cuando yo te abra"
Entonces destapaba la olla y salía un humo verde muy caliente. Después, corriendo y alborotando, cien niños que se marchaban corriendo al campo a dar volteretas de alegría; pero recibían un tirón de orejas si se acercaban a las vacas pues al estar hechos con tanta verdura las vacas se comían a todos los que se descuidaban un poco. Polillita se asustó pues se acordó en ese momento de cuando su tía Luisa le decía: "¡Pero qué niña más rica! Empezó a sentirse mal y dejó de visitar las fábricas de la ciudad. Voló en busca de la salida pues se empezaba a cansar de ser polilla. 

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