sábado, 29 de noviembre de 2014

Oh, Capitán, mi Capitán...




¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! 

Nuestro temeroso viaje esta hecho; 

el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, 

el premio que buscamos esta ganado; 

el puerto está cerca, escucho las campanas, 

todo el mundo está exultante, 

mientras siguen con sus ojos la firme quilla, 

el barco severo y desafiante:

Pero ¡Oh corazón!¡Corazón!¡Corazón!

oh, las lágrimas se tiñen de rojo,

mi Capitán está sobre la cubierta,

caído muerto y frío.


Ayer, 27 de noviembre, se celebró en España el Día del Maestro. El día de asueto que acompaña a la efemérides se trasladó por conveniencia estratégica al día de hoy, viernes, para facilitar la organización familiar y el aprovechamiento de un fin de semana más largo. Pero el día en que conmemora la vida y obra de San José de Calasanz, nuestro patrono,  fue ayer. Esta víspera hemos recordado al sacerdote aragonés que, en 1597, conmovido por la pobreza y la degradación moral en la que vivían numerosos niños romanos tras la muerte de sus padres en el desbordamiento del Tíber, fundó en la iglesia de Santa Dorotea del Trastévere la primera escuela pública, popular y gratuita de la edad moderna de Europa, la primera Escuela Pía.

Quería escribir una entrada sobre la figura del maestro. Me gustaría incidir en el particular perfil que tiene esta profesión, analizar el extraordinario paralelismo que encuentro entre el papel social de un buen maestro y un buen líder político. Siempre pensé que los maestros serían excelentes presidentes de un país en situación de crisis.

Poseen la actitud:
- Saben que su figura es importante, aunque la muchos la minimicen o infravaloren.
- Sienten que son necesarios, sobre todo para los más desfavorecidos.
- Son conscientes de que pueden cambiar el mundo desde la firmeza, la tolerancia y la paciencia. Saben que están educando la infancia del futuro.
- Tienen claro que habrán de convencer, que será necesario negociar, castigar sin daño, retener y animar, reír y llorar aun tiempo...

Y tienen la experiencia:
- Han de lidiar con todo tipo de ciudadanos.
- Trabajar con materiales precarios. Saben de economizar y recortar en presupuestos (el de Educación siempre es escaso)
- Conocen de primera mano las necesidades de los desfavorecidos y las minorías.
- Son expertos en entusiasmar a las pequeñas masas infantiles.
- Deben sobrellevar el rechazo de algunos padres.
- Han de trabajar en equipo, programar, evaluar, corregir, explicar, sugerir, colaborar, proponer... Todo el campo léxico de la ética, las relaciones sociales, del gobierno y la participación, de la formación de la personalidad cabe en su currículo.
Un maestro en su clase se convierte en el hombre orquesta, en el mago que ilusiona a la audiencia, en le pícaro que seduce, en el actor que deslumbra, en el pirata que asalta corazones para depositar en ellos tesoros de papel de plata, en el capitán de un barco que luchará contra tormentas y travesías difíciles:

¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!
Cuando el viaje haya acabado, 
cuando en el puerto la gente 
te busque para ofrecerte su agradecimiento: 
tú estarás ya muerto, 
caído y frío, agotado por la travesía.
Vivirás ya solo en el recuerdo 
de tus marineros crecidos en cubierta. 

3 comentarios:

  1. No hay mejor forma de definir a un maestro que viendo la película de "El club de los poetas muertos". El personaje del profesor John Keating, interpretado por el gran Robin Williams, es espectacular. Es una de mis películas favoritas.
    ¡Oh mi capitán, mi capitán! CARPE DIEM.

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  2. "Coged las rosas mientras aún tengan color pues pronto se marchitarán. La medicina, la ingeniería, la arquitectura son trabajos que sirven para dignificar la vida pero es la poesía, los sentimientos, lo que nos mantiene vivos."

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