martes, 28 de abril de 2015

La creación del monstruo.


Así se crea un monstruo: 
Primero necesitamos un motivo, necesitamos al monstruo. El será nuestro chivo expiatorio; nuestros miedos, nuestras frustraciones, requieren un culpable. Exorcizar nuestros temores nos dará tranquilidad. 
Después lo moldearemos. Imaginaremos un proyecto que articule nuestras pesadillas. Echaremos mano, en la morgue de la memoria, de algunos miembros magullados. Elegiremos cuidadosamente los más dañados arrancándolos sin piedad de las partes nobles.  Compondremos así el cuerpo de la criatura, la imagen de la deformidad. 
Y por último, dotados de taumatúrgico poder, le insuflamos el espíritu del mal. Le atribuiremos un alma de maldad. Así nacerá el abominable, el aborrecible. Monstruo a los ojos ajenos pero que, a los propios, solo verá en sí mismo desgracia y marginación.   
Entonces tendremos la perfecta criatura de Frankenstein. ¡Ya puede empezar la caza del monstruo!

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