viernes, 5 de febrero de 2016

Sin huellas.




Me gusta transitar por la senda de los caminos perdidos. Y, en pasando, borrar las pisadas. Pasear por la orilla del mar, sabiendo que las olas a mi espalda borrarán mis huellas. Arrastrar mis pies sobre las dunas mientras la brisa del desierto repara la herida de mis pisadas en su piel de arena. Escalar las cumbres sin campamento base, sin robar su áspera belleza.

Porque, amigo, los caminos son de todos, la playa no tiene dueño, la arena no puede comprarse, la montaña posee ella sola su belleza. Yo las visito. Les doy las gracias. Y sigo mi camino.

1 comentario:

  1. ¡Hola!
    Las olas borran las huellas.
    Las olas borran las frases escritas en la playa.
    Una vez pinté un monigote en la arena de la playa, hasta que llegó una ola despistada y se lo tragó.
    El monigote bailó, jugó, soñó... mientras estuvo dibujado. Luego desapareció, pero mientras tanto fue feliz con sus juegos playeros.

    ResponderEliminar