viernes, 28 de septiembre de 2012

¡Tiene que llover... a cántaros!




Tu y yo muchacha
Estamos hechos de nubes
Pero ¿quién nos ata?
Dame la mano
Y vamos a sentarnos
Bajo cualquier estatua,
Que es tiempo de vivir
Y de soñar y de creer
Que tiene que llover
A cántaros.
Estamos amasados con libertad,
Muchacha
Pero ¿quién nos ata?
Ten tu barro dispuesto,
Elegido tu sitio,
Preparada tu marcha.
Hay que doler de la vida
Hasta creer
Que tiene que llover
A cántaros.
Ellos seguirán dormidos
En sus cuentas corrientes
De seguridad.
Planearán vender la vida
Y la muerte y la paz,
¿le pongo diez metros, en
Cómodos plazos, de felicidad?
Pero tu y yo sabemos que hay
Señales que anuncian
Que la siesta se acaba
Y que una lluvia fuerte
Sin bioenzimas, claro,
Limpiará nuestra casa.
Hay que doler de la vida
Hasta creer
Que tiene que llover
A cántaros.
Pablo Guerrero; "Tiene que llover". 1972
 
Hoy por fin llovió. En la temprana madrugada abrí la puerta del balcón y sentí la fresca humedad de la luvia. Rasgué las telarañas del sueño que me atrapaban y acometí las rutinas cotidianas con una excitación nueva. Tres meses de sequía y calor, un verano infernal con los campos asolados por el calor fueron cabalgados por el fuego en estampidas enloquecidas. Si quedaba algún brote verde, la crisis lo ha deshidratado como a pasas, nos ha evaporado la sabia, nos ha secado los túetanos.
Conduzco bajo la lluvia escuchando la radio en la mañana. "En un día cualquiera" hablan de lo de todos los días: presupuestos austeros, ajustes, recortes, subidas de IPC, congelación de sueldos, rescates financieros... Un inmenso cansancio se apodera de mí. Un enorme hartazgo me amotina. La ola de indignación no se para en fechas: 25-S, 26-S, 27-S, 28-S... Es el enojo de todos los días.
Grandes balsas de agua se acumulan en la autopista. En una de ellas casi me deslizo contra la valla. Empacho de lluvia que casi me cuesta la vida. Sin embargo quiero que llueva...
Tiene que llover: hay que mojarse. La siesta se acaba. ¿Quién nos ata? Es tiempo de vivir, de soñar y de creer... Hace muchos años, en mi tardía adolescencia, una muchacha cantaba una canción con su guitarra. Ocurría una noche, en torno a a una hoguera, en algún punto del curso alto del Ebro. Con el telón de fondo de las tiendas de campaña la escuchaba arrebatado, perdidamente enamorado. Con ella de la mano hubiera salido dispuesto a cambiar el mundo, a ser una lluvia fuerte que limpie esta casa de ... en que se ha convertido este capitalismo atroz. 

Tiene que llover. Hay que echar un jarro de agua fría y despertar a los que duermen en las poltronas del poder. Dormidos en sus cuentas corrientes de seguridad creen tener el mundo agarrado por los... euros. Ellos nos venden la vida, la muerte y la paz. Tiene que llover. Tiene que llover... ¡a cántaros!   

2 comentarios:

  1. El hombre del tiempo ha dicho que llega un fuerte temporal acompañado de fuertes lluvascos.
    Llegaron las lluvias... ¡que llueva, que llueva la Virgen de la cueva...! pero la cosa no se quedó ahí. Las temperaturas bajaron y los termómetros se congelaron... o quizás fueron los sueldos. No sé ya me estoy haciendo un lío.

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  2. agua para el riego,
    y para beber,
    agua que nos limpie
    pecados de ayer.

    ¡Que llueva, que llueva!
    ¡Que tiene que llover!
    !Qua apague los fuegos!
    !Que apague la sed!

    No lluvia de palos
    Que te van a ver
    Que te ve Neptuno
    Y que yo también.

    Con mares de lluvia
    los anegaré
    con olas humana
    los sepultaré.

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