viernes, 22 de enero de 2016

Equivocación constructiva


"Las obras maestras no son nunca más que tentativas afortunadas"
(George Sand)

La creación es una equivocación constructiva. Yo parto de una idea casi evolutiva en el proceso artístico. Puedo ser un relojero ciego y, a veces, construir un magnífico reloj. Puedo ascender, tullido, el monte improbable. Puedo encontrar un manjar entre las miasmas del estercolero. Puedo hallar el raro diamante en la mina de carbón, la escasa pepita de oro en la grava del río.

Hacen falta pensamientos innovadores, no meramente repetitivos; suprimir las teclas de corta y pega de nuestros teclados. Olvidar los refranes, destruir las plantillas, eliminar los patrones, ignorar los modelos, usar el sentido incomún.  

Ando a vueltas con mis pobres escritos, mis intentos fallidos. ¿Cuándo sonará la flauta de la casualidad? . Persigo la obra maestra, el texto definitivo. Humildemente lo confieso: busco perdurar, constar en el libro de los  hombres. Pretendo dejar un legado original. Un aporte a la cultura de mi especie.  

Tarde me vienen estas aficiones: ser escritor a los cincuenta y tantos, con lecciones perdidas, acumulando vicios de estilo. Ahora que la memoria flaquea, cuando las palabras juegan al escondite y las ideas rompen filas en el desfile de la lógica.

Pero la flauta, alguna vez, sonará por casualidad. Mi música asnal llegará quizás algún día a sorprender al mundo con una melodía insospechada y hermosa. La creación es una equivocación constructiva: por eso insisto. Alcanzaré la obra de arte apelando a la fuerza bruta. En mi caso es una lotería tan perseguida que al final obtendré el premio.  

1 comentario:

  1. ¿Cómo definir la creatividad"
    En cierto modo tiene que ver con la serepindidad.
    "Serendipidad" significa hallazgo valioso imprevisto. Serendipidad es la capacidad para hacer descubrimientos por accidente.
    Por serendipidad, Cristóbal Colón descubrió América; Arquímedes logró su famoso principio; Newton, el descubrimiento de la gravedad; Edison descubrió la lamparita eléctrica; Fleming, la penicilina; Haendel compuso la Vida del Mesías; Franklin inventó el pararrayos; Mendeleieff escribió la tabla de los elementos; Einstein desarrolló la teoría de la relatividad.

    La ciencia y la tecnología son generosas en historias de descubrimientos valiosos e imprevistos. De mentes abiertas. Desde el montaje en serie hasta los implantes dentales.

    No es lo mismo la sagacidad en buscar algo que encontrarlo por mera suerte.

    No todo en la vida es tener claros los objetivos. También existen los imprevistos valiosos.

    Si vamos a la panadería a comprar pan y nos regalan un diamante, ¿los cogemos?. La piedra preciosa no era nuestro objetivo… ¡pero bien vale un hallazgo!

    Para que opere el poder de la serendipidad debe existir alta receptividad y originalidad.

    Una mente cerrada actúa desde lo conocido. No inaugura. No descubre situaciones sorprendentes.

    Enrique Mariscal (Escritor)

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