Hay algo en la tercera potencia de diez, en la primera cifra donde el punto se hace necesario, que marca un cambio de ciclo, una sentencia de redención o de condena. Esa M alfabética, que para los romanos representaba la mayor cantidad posible con una sola letra, marca un punto de inflexión para mi historia. 1000 era el número a partir del cual los antiguos paraban de contar... "Más de mil" era la enormidad incontable. En el Medievo se predecía el fin del mundo y muchos pecadores empezaban una larga peregrinación hacia Jerusalén para redimirse; otros, sin embargo, se entregaron a la lujuria y la transgresión.
Me puse a mil: el número abundante, el número redondo, el de dieciséis divisores, el descompuesto en los cúbicos factores 2 y 5, el de dos manos con sus cinco dedos y en cada dedo otras tantas veces repetidos y de nuevo igualmente multiplicados, el primer número de cuatro dígitos... el guarismo de una fascinación matemática irresistible... Esa fue la cifra elegida para concluir la edición de esta bitácora. He terminado mis tareas de palotes literarios, mis escolares deberes de redacción, mi producción de artículos al peso: cosecho un kiloartículo de entradas en el blog.
La tarea fue terapia, anecdotario, autobiografía, reflexión, descubrimiento... requirió constancia, esfuerzo, compromiso, rigor, equilibrio... reportó iluminación, aprendizaje, autoestima, colaboración... y resultó valorada, ignorada, superflua y necesaria. Con un salario Van Gogh trabajé construyendo un mundo de equilibrios entre la intimidad y el exhibicionismo; entre la verdad y la imaginación, entre el sueño y la realidad...
Seis libros recogen el fruto de este aprendizaje. Media docena de volúmenes intimistas que contadas personas llegarán a leer. Un arduo trabajo sin deudas de mecenazgo, totalmente independiente. Al principio pensé: "no habrá blog que 100 artículos dure" pero llegué a la segunda potencia de 10 casi sin darme cuenta y me lancé enseguida a por la tercera. Ahora que consumo mi proyecto me siento tentado a elevarme a la cuarta potencia. Pero el dolor de espalda y la mente fatigada me devuelven al terreno de las humanas posibilidades.
Mil veces una imagen con sus mil palabras. El verbo elevado a la sexta potencia: un millón de vocablos. Más o menos ese conjunto de voces compuso mi torpe pluma de escritor. Ahora mi musa se derrumba en el sofá de la inspiración y duerme... ¿cómo será su despertar?
Bien hecho Jesús, lo poco que alcancé a leer me llamó la atención y me gustó, gracias.
ResponderEliminarEspero que te recuperes de tus dolencias...
Saludos =)))
Me esforcé para que fuera como dices. A veces lo logré.
ResponderEliminarEs curioso que las personas más desconocidas sean las que más aprecien l que haces. He echado de menos a muchos conocidos y familiares.
Mis dolencias del alma, se curan. Pero aparecen heridas nuevas. La vida es así.
No es completa la felicidad sin momentos de tristeza.
Gracias por tus buenos deseos.
Me esforcé para que fuera como dices. A veces lo logré.
ResponderEliminarEs curioso que las personas más desconocidas sean las que más aprecien l que haces. He echado de menos a muchos conocidos y familiares.
Mis dolencias del alma, se curan. Pero aparecen heridas nuevas. La vida es así.
No es completa la felicidad sin momentos de tristeza.
Gracias por tus buenos deseos.
No tengo idea si es el caso, pero para tener comentarios o visitas, al menos en el blog como el mío, que no es nada comparado con el tuyo, el mío son tonterías y más tonterías y un manicomio, se necesita tiempo para ir y comentar en otros blogs....a veces ocurre que si es de gran interés pues no es necesario que comentes tú en otros, pero es necesario que lo des a conocer, me explico?
EliminarBueno, no hay felicidad completa, pero esos instantes de felicidad son una bendición, algunos ni siquiera instantes tienen...
Qué seas feliz!!! =)))))
:DDDD
Hola de nuevo, Liliana.
ResponderEliminarSoy razonablemente feliz.
Gracias por tus sugerencias sobre la forma de a aumentar comentarios y/o visitas. Ya he reflexionado sobre ello en este mismo blog. Sin menospreciar blogs ajenos (muy populares), creo que tengo claro cómo podría aumentar mis estadística; pero, como explico, considero otras cosas más importantes. Te transcribo la entrada (ya está borrada, es de diciembre de 2015)
"i quieres tener un blog popular; si deseas que tus entradas sean "presuntamente" leídas por muchos seguidores; si te pone que el contador de visitas se dispare diariamente; si consideras imprescindible que la lista de tus seguidores bata records a diario, si buscas dar satisfacción a tu ego creador...
Haz entradas cortas, tipo tapa, con elementos vistosos (da igual que tengan poca chicha)...
Apela al bajo vientre, al chiste fácil, recurre al chascarrillo manoseado, comparte sin tasa...
Copia, corta, pega, refríe, piratea sin rubor.
Escribe con frases cortas, sintaxis sencilla, vocabulario básico... inserta de cuando en cuando una expresión coloquial, alguna palabra malsonante, apela al argot juvenil con frecuencia...
Recurre a temas almibarados, asuntos sensibleros, escándalos sin confirmar, noticias de infarto, vanalidades sin cuento; realiza un catálogo de intrascendencias...
No te cortes: usa estereotipos sin dudar, apúntate a la corriente de moda, no intentes llevar la contraria a la mayoría, súmate a las voces dominantes, ...
Da coba, haz la pelota, adula, reparte halagos y lisonjas, mercadea comentarios, apela al compadreo...
No cometas el inmenso error de pensar por ti mismo, de llevar la contraria, de salirte de la línea...
No intentes escribir demasiado bien, te considerarán pedante.
No hagas pensar jamás a los demás que tú eres más inteligente que ellos: entremete alguna barbaridad en cada entrada, eso te hará más humano a sus ojos, te reconocerán como un igual.
No se te ocurra tratar de tristezas, diseccionar desgracias, mostrar vicios cercanos, defender presuntos culpables, acusar presuntos inocentes...
Es decir, y resumiendo, no hagas un blog como este que lees (¿aún lo estás leyendo?)"
Jajaja sí, lo sigo y también lo leo!
Eliminar😜😉