viernes, 4 de septiembre de 2009

La buena y la mala acción.

Miércoles, 3 de septiembre. Escucho por la radio esta noticia que luego busco en la prensa digital para reproducir aquí.

Un ciudadano francés descubre 100 mil euros en la basura y los devuelve



París.- Un francés encontró 100.000 euros (142.000 dólares) pertenecientes a una pareja de ancianos en un cubo de basura y los devolvió, informó hoy el diario francés "La Voix du Nord" en su edición online.

El hombre en un primer momento pensó en cumplir su sueño con el dinero y comprarse una caravana, pero luego se dio cuenta de que su deber era devolverlo. El dinero pertenecía a una pareja de ancianos.
El dinero se encontraba en una caja de metal que el hombre retiró de un volquete en un almacén de materiales de construcción cerca de Lille.
Cuando el hombre y la mujer se mudaron a un asilo de ancianos, la hija regaló las pertenencias de sus padres, incluyendo la caja. Al hombre que la encontró le llamó la atención y la tomó sin abrirla.
Gracias a un sobre que se encontraba en la caja, el hombre encontró a los dueños del dinero.
Según confesó al diario, en un primer momento pensó en cumplir su sueño con el dinero y comprarse una caravana, pero luego se dio cuenta de que su deber era devolverlo.

DPA


La locutora se vuelca en loas al altruísta individuo. A mí me viene a la memoria una vieja historia que me contaron mis padres. Historia parecida pero de final opuesto y en la que se cambia la esperanza por la amargura.

Son mis padres personas muy viajeras. Me refiero a viajes de zapato y últimamente de coche desvencijado. Son mayores pero aprovechan siempre que pueden una salida a los pueblos de alrededor. Así pues un día se acercaron con su viejo seat 127 amarillo hasta Estépar, un pueblo de los alrededores de Burgos. Aparcaron a las afueras y empezaron un paseo junto a los cerezos abandonados, que salpican los alrededores de la vía de un tren. Al pasar por una caseta en ruinas encontraron una maleta. La maleta en perferto estado. Nueva. La abrieron y encontraron varios fajos de billetes en divisas de varios países. Mis padres no supieron calcular la cantidad pero a juzgar por el grosor de los fajos era importante. También había dinero nacional. Varios fajos de billetes de mil, de las antiguas pesetas.
Ciudadanos cumplidores de su deber, postergaron sus muchas necesidades de familia pobre, sin casa en propiedad, ni ahorros, con 4 hijos pequeños que mantener; y se dirigieron con la maleta a una comisaría de Burgos donde entregaron la maleta y dieron cuenta detallada de las cirsustancias del hallazgo. El guardia de turno se hizo cargo de la valija. Agradeció escuetamente su colaboración y sin ningún otro trámite les despidió.


Nada trascendió del hecho en los días siguientes. Mi madre consultaba los periódicos, escuchaba la radio... pero ninguna noticia se refería al extraño encuentro y entrega de la maleta a la policía.

Mi madre empezó a desconfiar por la falta de noticias. Puede que esperara su "momento de fama" o, más probablemente, le extrañara que no apareciera una noticia como esta. Como las que ella solía leernos a menudo: historias de niños buenos de Operación Plus-Ultra, de buenas acciones...


Finalmente un día se acercó a la comisaría y, disimuladamente, dejó caer que mi padre (trabajaba de agente judicial en el juzgado) había comentado en el trabajo el hecho y que, extrañamente, no había llegado al juzgado ninguna notificación oficial.

Algunos resortes debieron moverse pues al día siguiente apareció una escueta nota en la prensa local.
Lo que no explica la nota es que en el atestado del suceso nada decía de las divisas extranjeras indicándose sólo la presencia de divisas nacionales.

¿Qué hacer cuando es la propia policía la que roba?



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