Pero hoy se celebra el 40 aniversario de la llegada de los primeros hombres al suelo lunar. Imágnenes que vimos por TV y que recuerdo.
El día 20 de junio de 1969 tenía 11 años. Vivía en un minúsculo piso abuardillado en la calle del Barrio Gimeno en Burgos. No teníamos televisión. Es posible que nuestros padres nos hubieran hablado del importante acontecimiento que se avecinaba. Lo cierto es que nos despertaron hacia las dos de la madrugada y, recién arrancados del sueño, la luna nos importaba un pepino. Casi a la fuerza y frotándonos los ojos pasamos a casa de nuestros vecinos que sí tenían tele. Allí nos juntamos varias familias. Los niños en pijama delante del televisor , sentados en el suelo y medio dormidos. Los mayores atendiendo reverentemente sentados y recostados en la pared. Los adultos habían permanecido de guardia a la espera del descenso al suelo lunar del comandante Neil Armstrong entretenidos con las informaciones y conexiones preliminares. Cuando el pie se posó suavemente en el polvo lunar marcando ese sencillo y sugerente diseño se escucharon murmullos de admiración.
Estuvimos aún más de una hora delante de la televisión, en penumbra, viendo unas imágnes, bastante lentas y aburridas. A mí me parecía natural que se llegara a la Luna y no había por qué montar tanto jaleo ¡Y mucho menos despertarme a medianoche!
Cuando conté ese verano a mi vieja abuela en el pueblo de Ayuela que los hombres habían llegado a la luna, no quiso creerme. Pensó que eran exageraciones o bromas de nieto. Más tarde asistí asombrado a numerosas investigaciones que ponían en duda este hecho (aportaban sugerentes pruebas fotográficas, argumentos relacionados con la carrera espacial e incluso apuntaban a que fue Stanley KIubric quien filmó las secuencias en un estudio del desierto de Nevada). Pero no tenía tanta importancia. Sólo era cuestión de fechas. El suceso era del todo previsible.
Aquella noche en Burgos era una noche calurosa. Antes de acostarnos de nuevo eché un vistazo por la claraboya del techo abierta al cielo estrellado. Entonces tuvo lugar mi primer viaje personal a la luna en el Apolo XI de mi imaginación.
Pues sí, a veces estamos en la luna.
ResponderEliminarLuna, lunera cascabera debajo de la cama tienes la cena.
O esa otra que dice:
"Quisiera ser tan alto como la luna". Yo creo que con mi altura ya está bien. Je¡Je¡
No sé, quizás me estoy volviendo algo lunático.