martes, 3 de abril de 2012

El farol


100 día y aún relumbrantes en la retina, repicando en los tímpanos, instalados en la memoria; persisten las críticas, las sentencias, las acusaciones y condenas del antiguo jefe de la oposición: En la prepotencia del debate de TV se le oye prometer que no subirá impuestos o le echa en cara la bajada de sueldos de los funcionarios; desde los micrófonos de los mítines se ensaña inmisericorde con Zapatero: nada ha hecho bien, todo es culpa suya, manirroto, bobo solemne,  apología de los desastres, enciclopedia de las equivocaciones... Humilla con las acusaciones de buenismo, optimismo antropológico, increíble presidente de los brotes verdes...

Y ante la prensa, los telespectadores y los seguidores de los mítines lanza el gran farol: "Esto lo arreglo yo" y continúa el mensaje con un desglose de maravillas: En cuanto estemos en el gobierno revertirá el aumento del paro, haremos una reforma que cree empleo y "regule" el mercado laboral, Europa creerá en nosotros, no subiremos impuestos, nos centraremos en la economía que es lo que preocupa a los españoles, no habrá anmistía fiscal, no recortaremos en sanidad y educación... Muerto el perro se acabó la rabia, parece resumirse en el envite.

Nada que hacer en la timba política. El PSOE no tiene crédito. Ya nada puede apostar.  El PP acepta todas las fichas de la mesa. Juega con lo propio y con lo ajeno. Rajoy sabe que no tiene cartas (y si no lo sabe, aún será mas grave), pero promete: Gana abrumadoramente la partida. Sale el PSOE arropado con un tonel. Quizás algunos familiares fieles, allá en Andalucía, aún le presten prendas.

Pasan 100 días. El viejo tahúr ha bajado rápidamente la escalera de la prepotencia y ahora se esconde, vive en el lío diario, se han apagado los fuegos artificiales encendidos por "los ministros emprendedores" y llueven sus cenizas, su ministro de "econosuya" se vanagloria ante micrófono cerrado de estar cebando la espoleta de una huelga general y los amigos europeos le echan la mano al cuello (literal),   aplaza los presupuestos para rebañar votos en la última autonomía que le queda y falla el gol cantado de Andalucía, anuncia amputaciones varias en el cuerpo del estado, los recortes no respetan ni la mente ni el corazón del país: educación y sanidad son abaratados y sus cuadros directivos ocupados por gestores con ínfulas privatizadoras... ¡Envido a pares con el 6,5! lanzan otro farol europeo que no cuela: ¡Y dos más: baja al 5,3! le responden en Bruselas. Tiene que achantarse (cabreando de paso al resto de jugadores), la confianza de los mercados responde que nanay inmune a su promesa de que iba a restaurarse con su gobierno y la prima de riesgo vuelve a practicar el alpinismo, deporte de riesgo donde los haya; el paro no para, el precio de los carburantes está tan alto que hay que mirar los indicadores de las gasolineras subiéndose al capó,  los viejos en los centros de tercera edad echan cuentas de su subida no entendiendo cómo les cunde ahora menos...

El farol se apagó. ¡Los 100 días y serenoooooooooooo! se oye gritar en la oscuridad de la calle, pero nadie se atreve a salir. ¡Ánimo: nos queda el futbol, Eurovegas, los bares más baratos que nunca y el "todo a 100"!   

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