lunes, 11 de noviembre de 2013

Denegado por sobrecualificación


Oscar, sobrino segundo mío, acaba de terminar sus estudios. Logró por fin entregar su tesis y ya cuenta con su licenciatura en Ingeniería electrónica. Relajado y satisfecho, tras meses enteros frente al ordenador, se dedica ahora a buscar ofertas de trabajo y entregar currículos en cuantas empresas tiene oportunidad. Quiere trabajar. No desprecia empezar por lo más bajo y buzonea solicitudes para todo tipo de puestos.

- ¿Qué tal va la cosa?, le pregunto.
- Mal, estoy buscando pero no me llaman. En la última me denegaron el trabajo por "sobrecualificación".

Me quedé sorprendido con el argumento. El puesto era para reparación de electrodomésticos y su flamante título le aportaba el importante demérito de la "sobrecualificación".

- ¿Pues qué pretendían - comenté yo - alguien con los conocimientos "justitos", incluso un poco torpecillo, para poder bronquearle a gusto y endosarle reparaciones a destajo amparados en su poca preparación? ¿O quizá temieran enfrentarse a una cabeza más preparada que la suya que les pusiera en evidencia?

Al empresario posiblemente le interese emplear un trabajador panoli, ignorante y servil;  a mi lavadora estropeada no. Pedí a mi sobrino la dirección de la casa de electrodomésticos para vetarla en adelante. Y pasé la información a mis amigos.

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