Esperando pacientemente en mi kindle, varios libros de este autor aguardaban desde hace meses que les hincara el diente. Con la llegada de las vacaciones me he decidido y comencé por este volumen, de título tan sugerente. Se cumplieron mis expectativas. Desde que, estudiando psicología, me propusieron en una de las asignaturas la lectura de "El gen egoísta" este autor comenzó a interesarme. Tengo preparados algunos de sus libros en la fila de las próximas lecturas y muchos de sus vídeos de la BBC listos para visionar. Probablemente revise todo ese material algún día aunque vistos así sobre el explorador, los archivos suman tantos megas que uno se desanima a empezar esa escalada de conocimientos... pero, parafraseando al autor, al otro lado de este descomunal acantilado se puede ascender por amables senderos, permitiendo el pasito a paso que el tiempo es nuestro aliado... Empecemos pues por este primer paso.
Sobre el autor, os informaré de lo que sé y de lo que he encontrado por ahí:
RICHARD DAWKINS es un divulgador científico especializado en el origen de la vida y la evolución de las especies. Sigue bastante fielmente los enunciados de Darwin y es autor de recopilaciones e investigaciones importantes que apoyan esta teoría. En el presente volumen, por ejemplo, acumula pruebas y datos impresionantes contra los creacionistas, que alegan que es imposible (sumamente improbable) que la evolución cree organismos tan extraordinariamente complejos mediante la sencilla regla de la Selección Natural.
R. Dawing nació en Nairobi en 1941 siendo un destacado etólogo y zoólogo además de teórico evolutivo y divulgador científico británico. Hijo de un granjero anglicano de clase media, pronto se interesó por las ciencias naturales planteando numerosas preguntas a sus padres que estos contestaron de una manera afortunadamente bastante científica (evitando los tópicos anglicanos sobre la naturaleza). Fruto de estas reflexiones, afirma que empezó a dudar de la existencia de Dios a los nueve años, aunque volvió a aceptar las creencias religiosas sobre los mecanismos de la vida al ser instruido en la teoría creacionista del "Diseño inteligente" elaborada para contraponerse a los postulados de la Evolución expresados por Darwin. A los dieciséis años, cuando comprendió mejor la teoría de la Evolución, se convenció de que esta explicaba mejor la complejidad de los seres vivos que la del "Diseñador inteligente". Su estudio e implicación en la defensa científica de la Evolución le han hecho merecedor del epíteto de "Rotwiler de Darwin"
En su obra más conocida "El gen egoista" afirma que "toda la vida evoluciona movida por la supervivencia diferencias de los entes replicadores (los genes)". En ella defiende la idea de que es el gen la unidad principal de selección de la evolución operando de manera egoísta sobre el resto del mundo movido por un afán duplicador insaciable y ciego. Su trabajo ofrece incluso sutiles explicaciones sobre la aparente paradoja del altruísmo.
Dawkins sigue siendo una figura prominente en el debate público contemporáneo sobre temas relacionados con la ciencia y la religión. Considera a la educación y la concienciación como herramientas primarias para oponerse al dogma religioso. Estas herramientas incluyen la lucha contra ciertos estereotipos. La publicación de su libro de septiembre de 2006, "El espejismo de Dios", es «probablemente la culminación» de su campaña contra la religión
En su papel de profesor de difusión de la ciencia, Dawkins ha sido un duro crítico de la pseudociencia y la medicina alternativa. Su popular libro "Destejiendo el arco iris" aborda la afirmación de John Keats —de que al explicar el arco iris, Isaac Newton había reducido su belleza— y le da la vuelta. Dawkins asegura que "El espacio profundo, los miles de millones de años de evolución de la vida y los trabajos microscópicos de la biología y le herencia; contienen más belleza y maravilla que los mitos y la pseudociencia
Dawkins ha expresado una preocupación maltusiana sobre el crecimiento exponencial de la población humana y el problema de la superpoblación. Las soluciones propuestas por Dawkins pueden describirse típicamente como humanistas, y se muestra crítico con las actitudes católicas con respecto a la planificación familiar y el control de población, afirmando que los líderes que prohíben la anticoncepción y «expresan una preferencia por los métodos “naturales” de limitación de la población» acabarán propiciando un método de limitación demográfica igualmente “natural”: las hambrunas que seguirían a la superpoblación.
Y ahora comencemos ya la auténtica escalada al monte Improbable.
"Escalando el monte improbable" (Climbing Mount Improbable, en su original en inglés. 1996.
R. Dawking, el autor, es un controvertido investigador y divulgador inglés evolucionista de clara línea darwinista. En este libro nos plantea los mecanismos de la evolución y lo hace mediante una sugerente parábola que da origen al título del libro. La ascensión al monte improbable de la complejidad rebate los argumentos creacionistas sobre la necesidad de un diseñador inteligente haciendo notar que explican los extraordinarios diseños biologógicos de los seres vivos con un abordaje de instantaneidad, sin la necesaria y trascendental perspectiva del tiempo. Ellos ven la evolución -afirma- como el ascenso frontal, un salto brusco, de una gran escarpadura en la cara visible (actual) de un monte; sin llegar a entender que por la parte de atrás hay otras rutas de ascenso realizadas con largos senderos en suaves pendientes. El ascenso al monte improbable (entiendase improbable como la remota posibilidad de que un órgano complejo o una especie llegue a formarse mediante combinaciones al azar) se gradúa entonces mediante un proceso paulatino en el que sí, interviene el azar, pero mediatizado (orientado) por las reglas de la selección natural; lo que hace posible lo que aparentemente no lo es. Los extraordinarios diseños de los seres vivos son factibles si tenemos en cuenta el tiempo inmenso que opera la evolución.
Aparte de los numerosos ejemplos, todos ellos fascinantes cómo sus estudios sobre la estructura y construcción de las telas de araña; nos habla de sus investigaciones con programas informáticos para la creación de biomorfos donde somete en el ordenador a una selección sus modelos evolutivos (árboles, peces o conchas) obteniendo resultados muy similares a los de la propia evolución. En ellos nos ofrece gran variedad de datos y pruebas que confirman las teorías de Darwin.
Su lectura resulta tan fascinante y absorbente que en la semana que pasé en Estepona, disfrutando de la playa, prefería leer los capítulos de este libro a sumergirme en las aguas del Mediterráneo. Es cierto que en ciertos pasajes se introducen en explicaciones un tanto farragosas (y puede que innecesarias), pero en general es entretenidísimo.
Uno de los aspectos que estudia con detenimiento es en la formación de dos órganos de una perfección tan absoluta que el mismo Darwin dudaba que hubieran podido producirse sin un diseñador: las alas y los ojos. Dawking dedica un capítulo completo a la adaptación al vuelo al igual que dedica numerosas páginas a las más de 50 formas conocidas a las que ha llegado el órgano de la visión en las distintas especies; desde las primeras manchas fotosensibles a los complejos globos oculares humanos.
Por ejemplo hay infinidad de diferentes posturas, sistemas o estructuras con capacidad para registrar ese universo de fotones que nos rodea y que nos aporta valiosísima información vital. El abanico de diseños es tan amplio que va desde simples manchas oculares hasta complicadas paneles de células especializadas con estructuras que permite una visión periférica; desde pequeños agujeros tipo cámara oscura para evitar las distorsiones de los rayos paraaxiales hasta estructuras de enfoque como cristalinos, llegando incluso a córneas móviles que pueden enfocar mediante sistemas de avance y retroceso. Cada uno de estos mecanismos obtendría un sobresaliente "Cum Laude" en una tesis de ingeniería. Dawking nos explica también el posible origen de los ojos compuestos de los insectos o las migraciones sorprendentes en los ojos de los rodaballos hasta situarse ambos en el mismo lado del cuerpo. En fin hay una infinidad de modelos a los que la evolución llega por diferentes caminos con la salvedad de que esta nunca es regresiva, es decir, no puede dar un paso atrás para cambiar la dirección en que es empujada por la selección natural.
Otros capítulos nos descubren las habilidades y técnicas de las arañas para construir sus telas (obsérvese la portada de su libro). Uno se siente fascinado por estos animales cuando nos explican su prodigiosa y variada ingeniería: diseños, materiales, estructuras, soluciones alternativas a los problemas, adaptacion al medio... es un campo fascinante para investigar la evolución; de hecho el autor las escoge al poder representar las estructuras de sus telas en un plano bidimensional ideal para experimentar en la pantalla del ordenador. Algo parecido, ahora en 3D, ocurre con las conchas de los moluscos en los que introduce un modelo espacial en tres dimensiones para analizar los cambios evolutivos en la estructura de las conchas.
Quizás, donde se muestre más excitado, es en la descripción de la evolución de la higuera y su relación con las exclusivas avispas polinizadoras de cada especie. Destilan poesía las descripciones del higo como jardín de flores invertido (¿os habíais imaginado que un arrugado y anodino higo pudiera ser en realidad un abigarrado jardín floral vuelto del revés donde las avispas polinizan las flores en medio de la húmeda penumbra?).
Al final nos invita a reflexionar sobre el escondido programa que rige la evolución. Analiza el funcionamiento de los virus y sus mecanismos de propagacion. Llega a la conclusión de que el ADN podría ser más bien una estructura vírica con una instrucción precisa: "¡Duplícate!"; como tal, la superpoblación de virus, es decir de seres vivos de una misma especie, llevaría a la destrucción de dicha especie al igual que una infección destruye el organismo que la alberga con lo cual se destruye así misma. La duplicación excesiva de los propios virus tiene una cota qué lleva a la catástrofe: la superpoblación.
Interesante libro, en fin, que recorre muchas de las facetas del pensamiento del autor; llena de ejemplos seductores, rica en conocimientos y anécdotas del mundo animal, atrevida en sus hipótesis: deslumbrante en suma.
Quizás, donde se muestre más excitado, es en la descripción de la evolución de la higuera y su relación con las exclusivas avispas polinizadoras de cada especie. Destilan poesía las descripciones del higo como jardín de flores invertido (¿os habíais imaginado que un arrugado y anodino higo pudiera ser en realidad un abigarrado jardín floral vuelto del revés donde las avispas polinizan las flores en medio de la húmeda penumbra?).
Al final nos invita a reflexionar sobre el escondido programa que rige la evolución. Analiza el funcionamiento de los virus y sus mecanismos de propagacion. Llega a la conclusión de que el ADN podría ser más bien una estructura vírica con una instrucción precisa: "¡Duplícate!"; como tal, la superpoblación de virus, es decir de seres vivos de una misma especie, llevaría a la destrucción de dicha especie al igual que una infección destruye el organismo que la alberga con lo cual se destruye así misma. La duplicación excesiva de los propios virus tiene una cota qué lleva a la catástrofe: la superpoblación.
Interesante libro, en fin, que recorre muchas de las facetas del pensamiento del autor; llena de ejemplos seductores, rica en conocimientos y anécdotas del mundo animal, atrevida en sus hipótesis: deslumbrante en suma.
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