viernes, 19 de septiembre de 2014

Dedicado al toro de la Vega (soneto)


Corre, toro, salpicándole de arena;
abre un surco para lecho de la sangre:
de la carne asaetada tengo hambre 
y siento sed de la linfa de sus venas.

No le asustan, negro toro, ni le apenan
tu ballet al son de hierros y calambres, 
en tu carne rojas flores con estambres 
se deshojan por tu piel y te envenenan.

Arremete, noble toro, resoplando
contra el paño que se dobla y se menea:
deja al diestro que se vaya confiando.

Ten paciencia que al final de la pelea,
lento el cuerpo y el acero penetrando,
tu cuerpo le atraviese y no lo crea.


Jesús Marcial Grande Gutiérrez

2 comentarios:

  1. ¡Menuda faena poética!
    Con tu permiso lo comparto en mi blog soñador.
    Saludos y buen finde.

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