Miserable y polvoriento yaces en la calzada retorcido de dolor, arrastrado involutariamente por el sucio asfalto.
Tu torturada figura semeja un largo miembro mutilado extendido hacia lo incógnito. Tus brillantes venillas doradas ¿entienden acaso cual era su destino? Pronto se oxidarán cuando, después de varios días de de suplicio, seco de sol y hambriento de cielo, tus carnes de plástico se abran en sucias llagas.
¡Oh, destrozado y absurdo cable que algún oscuro electricista cercenó de la línea infinita con criterio inasequible. Un basurero te recoge ahora y deposita en un pestilente contenedor al lado de una maltratada botella de plástico. Carne con carne unidos esperáis, tal vez, que aquel basurero incógnito y misterioso eche en el cubo, junto a vosotros, una flor.
Yo pensaba que tenía una vida dura repleta de contratiempos, pero después de leer este escrito ya me siento mucho mejor.
ResponderEliminarLa vida puede tener momentos difíciles pero la del cable es peor todavía. Espero no cruzarme con él para que no me dé un calambrazo.
Saludos.