domingo, 30 de agosto de 2015

Ayuela - Shangri La

Cada uno en su villorrio, cada cual en su localidad, todos en su pequeño pueblo pueden encontrar motivos para imaginar que su rinconcito en el mundo es un auténtico Shangri La. Este verano pasé unos días en el pueblo de mis padres, Ayuela de Vadavia. De mis caminatas de madrugada, de los paseos al atardecer con mis padres quedan imágenes en mi retina y recuerdos en mis pensamientos suficientes como para considerarla un locus amoenus ideal.
Desde cada perspectiva personal encontraremos motivos para demostrarnos que nuestra minúscula villa ofrece los más agradables placeres de la vida. Ahí va la prueba: estas son las maravillas que ofrece mi pueblo. ¿Álguien da más por tan poco precio?


Océanos de cebada que darán lugar a varios hectolitros de cerveza.


Miles de enebros cuyas miríadas de enebrinas serán la base de deliciosas ginebras.


Afrutadas endrinas; esencia de agridulces pacharanes que darán sabor a excitantes licores caseros.


Delicados líquenes, la más suave textura para limpiarse el trasero después de un apretón en el monte.




Levítico paraje de leche y miel. Tierra de pan llevar y de vino incipiente que ha comenzado a cultivarse.





Variada farmacopea silvestre, surtida de tes, manzanillas, poleos, hierbabuena, orégano, cornezuelo, dedaleras, milenrama...




Parque de atracciones natural con excitantes actividades como arrancar y acarrear enebros, alimentar el fuego de una hoguera de alegre chisporroteo, bañarse en una chorca campestre, golf con acceso peatonal a escasos tres kilómetros, fiestas y concursos infantiles, pedos de lobo...


Reino de las bestias salvajes, tierra de gamos y corzos, territorio del raposo, solar de la culebra, dominio de las águilas, cielo de la cigüeña, auditorio de las ranas, camino del lobo...


Riqueza de setas, agayugas, cardo silvestre, moras, ciruelos, miel, cangrejos, ancas de rana...



Tierra de las mil fuentes con un auténtico manantial de la eterna juventud en el centro del pueblo.


Ermita mítica con historias de degollamientos, moros y conventos antiquísimas.


Sugerentes leyendas: La Cabra Carbonera, Las cabras del tío Hilario, La Mata de los Carlistas, Los cimientos de la ermita de Rabanillo, El pozo de la yegua...


Rutas de ensueño, senderos olvidados, caminos perdidos,


Todo bajo el influjo poderosos de un cielo limpio cuajado de estrellas, donde la luna llena es el sol de medianoche y la cercanas montañas ejercen su influencia mágica sobre los valles y colinas del lugar.

1 comentario:

  1. Empezando por el final.
    Bajo el cielo cuajado de estrellas.
    Con los animales que dejan sus huellas.
    Setas, arboledas, sapos, culebras...
    Infusiones de poleos y manzanillas.
    Finalizo con el principio.
    Caminatas de madrugada.
    Rutas que maravillan.

    ResponderEliminar