miércoles, 27 de enero de 2016

Marcialem y sus epigramas


Nunca hubiera yo sentido interés por los epigramas si no fuera  por este antiguo compatriota latino, nacido en la Bílbidis hispana y que por poco no fue contemporáneo de Jesucristo. El hecho de ser natural de la antigua Calatayud y tener de nombre el sonoro "Marcialem" que lo hace tocayo mío, me inclinó a leer buena parte de sus famosos epigramas, en los cuales destacó como el maestro indiscutible.

Protegido de Séneca, amigo de Plinio en Joven, Silio, Juvenal y Quintiliano; se ganó a menudo el favor de emperadores como Tito y Domiciano (a los que alababa en sus escritos) y vivió del halago de diversos patrones que le pagaban para verse favorecidos en sus versos, o al menos, para no ser víctimas de sus mordaces epigramas. Cuando perdió el favor del emperador (ya en época de Trajano) ser retiró a una propiedad rural cerca de su Bílbides añorada y terminó sus días en la tranquilidad del campo.

Su obra completa (quince libros en verso, todos ellos epigramas) pueden leerse hoy en día en su totalidad. Destaca por su sátira, su penetrante observación social, el valor documental sobre la época, su agudo ingenio y su concisión. El tono de sus obras oscila entre la más pura lírica y la obscenidad más abyecta estando afectadas por la más absoluta indiferencia moral.

Genio de la fórmula poética del epigrama, podemos acercarnos a este concepto desde el propio epigrama que el fabulista español Juan de Iriarte dedicó al mismo:

A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante.

El último verso contiene los tres elementos del epigrama: debe ser conciso (algunos consideran al poeta Marcial el primero de los conceptistas españoles), placentero hasta lograr el regocijo del lector y mordaz.

He recopilado algunos de los más famosos que, por alguna razón que comento, me han llamado especialmente la atención:

"Créeme, no es de sabios decir: "Viviré". Mañana ya es demasiado tarde: vive hoy."
Es una clara invitación a vivir la vida, al Carpe Diem que Horacio Flaco escribió en uno de sus versos cuarenta años antes.



"Siempre, Emiliano, serás pobre, si ya pobre fueres;
que no se dan los haberes
sino a los que tienen más."
Esto  podría firmarlo el mismo Jesucrito.  Es una versión del denominado "Efecto Mateo":  (el rico se hace más rico y el pobre se hace más pobre) "Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, incluso lo que tiene se le quitará"(Mt 13,12).


Es sincero el dolor
del que lo lleva en secreto.
¿Leísteis la entrada anterior en este blog? En ella se habla de un divertido cuento de Julio Cortázar (publicado en su obra: "Historia de Cronopios y de famas" en el que aludía a la hipócrita conducta de algunos familiares en los velatorios... Pues eso.


"(..) que a nosotros que nacimos de celtas e iberos, no nos cause vergüenza, sino satisfacción agradecida hacer sonar en nuestros versos los broncos nombre de la tierra nuestra (...)"  
En la época de crear un "ministerio de  plurinacionalidades", donde la autoestima patria está por los suelos, nos viene Marcial a defender el orgullo de nuestros orígenes. 


"Hay cosas buenas, hay algunas medianas, son malas la mayoría de las que lees aquí: un libro no se hace, Avito, de otra forma"
Cita introductoria de mi último libro, es una invitación a intentar poner en práctica los sueños, a burlar el fracaso y domesticar la ambición.

"Cuando todos gritan, Névolo, sólo entonces hablas y te crees un defensor y un abogado. De esta forma cualquiera es elocuente. Mira, ahora están todos callados. Névolo, di tu algo."
Pobre Névolo, este, al que Marcial dispara numerosos dardos envenenados en varios epigramas. Acaso fuera un mal pagador del  poeta, o un crítico imprudente del mismo... Por el contexto se diría que es un abogado o senador exaltado... En mi mundo conozco muchos y muchas "Névolos": personas pretendidamente elocuentes entre la algarabía de las voces, pero que pierden el habla y las razones ante el silencio expectante de los demás.
No es conveniente enemistarse con un escritor de epigramas, uno de estos puede destruir por completo tu reputación. En este, dedicado a este mismo personaje, Marcial hace alarde de un lenguaje soez pero demoledor contra el pobre Névolo:
"Cuando a tu esclavo le duele la minga, a ti, Névolo, te duele el culo. No soy adivino, pero sé lo que haces." Delatora relación causa-efecto.

"Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces." Elijo esta frase para los que me emplazan a explicar porqué escribo este blog. Se explica sola.

Y, como curiosidad, un ejemplo de la importancia documental de sus escritos: ¿Sabías que los romanos ya jugaban al glof y Marcial lo había descrito en uno de sus epigramas? El poeta Marco Valerio Marcial se refirió en alguna ocasión al juego "paganica":
"Esta pelota aldeana que está repleta de plumas fáciles es menos blanda que un balón y menos compacta que pelota común"
(Libro "Apophoreta" de los Epigramas de Marco Valerio Marcial).

La paganica tenía las mismas características del juego actual: se jugaba en un campo de hierba golpeando la pelota con un garrote. Esta estaba hecha con plumas. Las legiones romanas se entretenían con este juego en sus destinos por todo el vasto Imperio así que es más que probable que lo introdujeran en Britania y evolucionara hacia lo que hoy es el golf moderno.
http://www.redsafeworld.net/news/los-romanos-jugaban-al-golf/

1 comentario:

  1. Me identifico con mi tocayo. Haría míos sus epigramas (y también, con gusto, su genio).

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