martes, 19 de julio de 2016

Metagrafía

Ante el vagón, frente a la puerta que se abría empujada por el aire comprimido, el viajero miraba distraídamente el cartel. El mensaje, una exhortación al usuario para que se apresurara y no se interpusiera en los accesos, se iniciaba con una explicación pedagógica y continuaba con un par de instrucciones precisas. Algunas de las letras habían sido raspadas pacientemente con un objeto punzante. Intenté recomponer el mensaje original:

"EN BENEFICIO DE TODOS
ENTREN Y SALGAN RÁPIDAMENTE.
NO OBSTRUYAN LAS PUERTAS"

Luego me fijé en el nuevo contenido que resultaba al suprimir las letras borradas:

 "EL PENE      DE TODOS
ENTRE  Y SALGA  RÁPIDAMENTE.
NO    UYAN  LAS PU  TAS"

El viajero, nuevo en aquel Madrid de 1980, pasó todo el viaje reflexionando sobre aquella original modificación de la cartelería del suburbano.. Concedió un admirativo homenaje interior a aquel subversivo desconocido que mataba su tiempo creando calenturientas interpretaciones a partir de tan formales y cívicos mensajes. Esto le puso en disposición de prestar atención a cuantos mensajes publicitarios encontró después, a lo largo de su vida,  modificados de forma imaginativa y sorprendente. 

Se denomina metagrafía al "arte de modificar un mensaje escrito mediante la adición, supresión o alteración de alguno de sus elementos". Hoy en día participan de este fenómeno elementos tan populares como los smails o los emoticonos y es un elemento recurrente en la publicidad. Yo voy a mostraros mi pequeña selección de mensajes modificados, mi personal museo de la metagrafía.

El mejor, el más completo y original, es el que comentamos en el encabezamiento de la presente entrada. Me he aplicado a buscar una fotografía de aquellos carteles en internet; en aquellos años había muchísimos pero en la actualidad no he encontrado ninguna. Pese a ello queda registro de aquella obra maestra en la portada de un disco del grupo de rock Siniestro Total con la que también se confeccionaron llamativas camisetas:



Una reelaboración muy común en los carteles de muchos de nuestros ríos la encontré por primera vez en el la orilla del río Arra en Villaba en el Camino de Santiago, allá por 1995.  Describo así el encuentro en mi diario de peregrino:
"... A mitad de camino escucho a mi espalda unas voces que me avisan de que he tomado la ruta equivoca. Me vuelvo y continuo el camino con dos mujeres, de entre treinta y cuarenta, que forman uno de esos grupos esporádicos de los que he hablado. Una es profesora de español en los Ángeles. Se llama Karen. La bautizo para mis adentros como "Mujer Siux" por su empeño y dedicación, algo obsesiva, en buscar y seguir las flechas amarillas. Está en España para perfeccionar el idioma (sin embargo habla poco y prefiere marchar en cabeza). Después nos contará que la universidad le proporciona dinero para el viaje a cambio de que aporte algunos materiales de sus experiencias. Entre estos expondrá una diapositiva de dos españoles (uno el que suscribe) debajo de un letrero del camino al lado de un río en el que alguien había borrado algunas letras y rezaba así: 
PROHIBIDO
LAVAR
####CULOS.
He encontrado carteles similares en otros lugares, incluso en América: 


Aunque, a veces, mediante el sencillo procedimiento de quitar una letra, nos niegan esa parte del cuerpo tan necesaria para tirar la basura:

O, directamente, no se responsabilizan de ella: 



  En cambio, en el distrito de Anaba en Santa Cruz de Tenerife, prohíben directamente los traseros que excedan determinado tonelaje: 


En mi misma calle Federico Olmedas, de Burgos (en un cartel de la antigua Caja de Ahorros del Círculo Católico, actualmente CajaCírculo:


 
A veces veces nos quedamos boquiabiertos al descubrir una trabajosa supresión de letras sesudamente pensada para publicitar determinado producto: ¿Quién habría pensado que se puedan anunciar unos ricos pastelillos rellenos de crema  a partir de los famosos anuncios de "Prohibido fijar carteles. Responsable la empresa anunciadora"?


Incluso existe un metro alternativo trufado de carteles de estaciones convenientemente metagrafiados:



En ese metro surrealista los iconos son modificados de maneras sugerentes: 


 Como no podía ser menos, también en superficie, se aprovecha el cartel de una ruta prohibida para confeccionar otros diferentes ajustados a las diferentes necesidades o, aplicándolos a personales  anuncios profesionales:

La cosa también puede funcionar con una leve capa de pintura y así, dejar al descubierto determinados vicios ocultos: 


O mediante la dejadez no intencionada de olvidarse de reponer una letra caída, que es como tirar piedras a tu propio "calzado": 


En ocasiones nos encontramos con una nueva versión de la clásica reivindicación "Prohibido prohibir":




Otros ejemplos lo tenemos en el uso del calambur (esta figura retórica es una modalidad de la metagrafía que consiste en agrupar las sílabas de una o varias palabras de modo que varíe su significado, como en el acertijo "blanca por dentro, verde por fuera, si quieres que te lo diga, es/pera"). Es muy celebrado este realizado a partir de un eslogan publicitario de la cadena de televisión autonómica Telemadrid. Oficialmente, fue fruto de una coincidencia sin intención alguna, pero muchos aseguran que realmente pretendía transmitir un mensaje oculto que expresara una queja a la otrora presidenta de la Comunidad, la señora Esperanza Aguirre, alias "Espe".



Y no podía faltar, en este periodo que vivimos trufado de corruptelas municipales, la irónica modificación de la palabra AYUNTAMIENTO:

Sirvan, pues, de ejemplo estas deliciosas muestras del arte metagráfico.  Remuevan los mensajes en su cabeza como un bombo y encuentren los crípticos mensajes que seguramente esconden. Es mejor que buscar figuritas en Pokémon GO.

- Septiembre de 2020, el año del covid.

Añadiendo algún ejemplo más, incluyo un par de fotos tomadas por mí recientemente: 

Mira por donde, justo ayer, mientras paseaba con mi bici por este pueblo vecino  (Villanueva de la Torre)  me topé con el cartel y, extrañado, en una fracción de segundo descubrí que alguien había obrado borrando la primera y ultima letra de la palabra avenida convirtiéndolo en un mensaje xenófobo.

Curioso, sí; ingenioso, también... pero reprobable.

Llamarse uno "Paco Cabello" y regentar una peluquería es una invitación al cachondeo. Además la tipografía para el cartel lo "pone a huevo"


A veces, no es necesario tan siquiera modificar frase alguna Basta cambiar levemente de perspectiva para que el mensaje se transforme. 


O un simple error en la colocación de dos pancartas para emitir un mensaje completamente opuesto a nuestras intenciones:


3 comentarios:

  1. Siempre me gustaron los juegos de palabras. Por eso, de mi precioso tiempo, he dedicado unas horas a recopilar algunas fotos y realizar este artículo. Espero que te guste.

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  2. Hola, Estrella.
    Me alegro de que te haga sonreír.

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