viernes, 30 de diciembre de 2016

Una palabra por mil imágenes 38. Tentación

Según el santoral católico el 5 de enero se celebra el santo de Simeón el Estilita. Con motivo de esa fecha escribí hace dos años una artículo la víspera de la celebración. Reproduzco aquí el texto:
"Mañana se conmemora a San Simón, el estilita. Vivir sobre un pedestal, habitar en lo alto de una columna es: como proyecto perturbador, como logística increíble, como idea fascinante. Germen de grandes películas (Simón del desierto de Luis Buñuel, sin ir más lejos) resulta un icono impactante, una imagen onírica bellísima y turbadora. Símbolo del narcisismo más extremo. del más impúdico exhibicionismo, la columna de hoy en día es la presencia mediática: la fama, el éxito, la vida expuesta en la revista de actualidad, en la prensa del corazón, en los diarios deportivos, en los programas de cotilleo... Estilitas de hoy en día que cargan gruesos paquetes de papel higiénico al subir a la columna pues las defecaciones de años enteros vierten en un metro cuadrado."
Y hoy quiero rendir homenaje a una película rodada con prisas, producida con recursos muy escasos, interpretada por extras increíbles, con guión recortado e improvisado muchas veces, con errores de racord evidentes; pero que está considerada una obra de culto. Se trata de la última  película mejicana de Luis Buñuel, rodada en 1964 y que ganó el León de Plata en la Mostra de Venecia del año siguiente.
Cuentan de esa película que Buñuel, obligado por las circunstancias, imprimió a la interpretación de los actores un tono irónico y jocoso. Al igual que en sus otros films mejinacos compensa la baja calidad de sus actores por medio de la caricatura y los diálogos, aquí más hilarantes que nunca... Esto lo podemos comprobar, por ejemplo, en las diversas escenas interpretadas por  Silvia Pinal en el  papel de "demonio" trasmutado sucesivamente en una mujer sexualmente deseable y posteriormente como niña sensualmente provocadora.

En las escenas recogidas aquí podemos ver al diablo encarnado en una niña vestida de marinerito, papel en el que emplea su aparente inocencia para provocarle en una libidinosa
tentación.
  



Buñuel cae en una trampa de la memoria cuando atribuye la idea de rodar esta cinta a las sesiones de lectura que realizaba Federico García Lorca sobre "La Leyenda Áurea" de Jacobo de Vorágine, libro de santos con fantásticas historias sobre los mismos. Entre otras cosas esto es imposible porque dicho santo no aparece en ellas. En concreto parece que Buñuel recordaba  un texto concreto que decía más o menos asi´:
"La mierda chorreaba por la columna como la cera gotea por los cirios"...
Es una imagen tentadora...Esa imagen se le quedó grabada, al parecer. No está en la película por... prurito realista. Un hombre que come lechuga y sólo toma agua, es como un pajarito, no puede tener grandes evacuaciones.. Así es que Buñuel realiza una crónica muy terrenal de la vida del estilita señalando, además de las tareas de consejo a sus seguidores o las mundanas tentaciones, los problemas de orden práctico del estilita: la estrechez, el calor, el hambre, el aburrimiento, la suciedad, el mal olor, las moscas y la locura. Hay que tener en cuenta que Simeón fue el pionero de este estilo de vida que siguieron muchos otros a lo largo de los seis siglos siguientes. Parece se que estuvo 37 años subido a una columna (primero de 3 metros, luego -para aislarse de la molestia de los visitantes- una de 7 y finalmente otra de 17 metros).

¿Locura o santidad? ¿Acaso hay diferencia?

2 comentarios:

  1. Holaaaaaaaaaa!

    Espero la hayas pasado muy bien en navidad, con tu familia!

    Nunca había escuchado de esta película.....!


    Diferencia? pues no lo sé, yo de locura algo entiendo....

    =)))))

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  2. Pero subirse a una columna no creo que lo hagas... Yo desde luego no me subo no una hora entera a lo alto de un capitel... Ni aunque fuera un santo y me encarnará en una estatua.

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