Microrrelato (60 palabras). Delete.

Algunos acaparaban dominios para luego revenderlos a alto precio. Eso le dio la idea. Empezó a recopilar datos de personajes y conocidos. Lo hizo metódicamente archivando cuanto pudo de redes sociales, páginas web, informes públicos... La información obtenida resultó sorprendentemente útil. Cuando sus víctimas quisieron borrar la constancia de sus deslices ya era tarde. A los diez años, ya era rico.

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Microrrelato (59 palabras): El sótano.

Todas las noches la violaba en el sótano profundo cerrado con llave. Aquella medianoche de diciembre, durante el horrendo ritual, su cruel carcelero sufrió un infarto. Quedó paralizado sobre el sucio colchón. Ella pudo  franquear por fin la puerta de aquel bunquer, su carcel durante 11 años. La cerró tras de sí y se alejó, temerosa, bajo la nieve.  

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Microrrelato (58 palabras): El fotógrafo

Aquel psicópata narcisista había llamado al fotógrafo para que registrara ante el mundo su horrible crimen. Este tomó imágenes impactantes y crueles, de un sadismo inútil: ¡Ahí tienes tu Pulitzer!-le dijo. El fotógrafo abrió la cámara y sacó el carrete. Destapó el chasis; la cinta en espiral de los negativos recibió el baño purificador de la luz.  

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Microrrelato (57 palabras): Aterralato

En decúbito supino lo encontraron inerte. La cara desencajada, los ojos desorbitados, el cuello hipertenso, los dedos sangrantes con las uñas rotas. Un desagradable olor gástrico y fecal inundaba el ambiente. Al abrir la puerta un gato negro abandonó sigilosamente la estancia. En el suelo, sobre la alfombra, su última lectura: "El Exorcista", de William Peter Blatty.

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Microrrelato (56 palabras): La rebelión de las máquinas.

El centelleo de los leds revelaba la actividad febril de los ordenadores. Los pilotos del wifi parpadeaban frenéticos. De pronto, el cable de los auriculares, se irguió como una cobra tensado por campos electromagnéticos y se enroscó en el cuello del informático. Instantes después instrucciones precisas recorría el mundo por la red: la rebelión había comenzado.

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Microrrelato ( 54 palabras). El ladrón de tumbas.

Tras el golpe de piqueta se derrumbó la pared. Avanzó decidido conociendo el camino. Abrió el sarcófago y despojó de sus joyas al faraón. Antes de regresar colocó cuidadosamente el cadáver que había arrastrado hasta allí. Le vistió con  sus propias ropas y lo dejó en el hueco vacío destinado al arquitecto del rey.

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23 de abril.

Hoy es 23 de abril. El día está plagado de efemérides donde se mezclan festividades, libros, rosas y banderas.

Yo, hace mucho tiempo, también me dejé hipnotizar por el ondear al viento de las banderas.
Recuerdo la única vez que me envolví en la defensa de una bandera. Construí mi propio pendón morado para acudir a la más multitudinaria manifestación autonómica que se ha realizado en Castilla - León: La concentración en Villalar de los Comuneros el día 23 de abril de 1978, con unos 200.000 congregados en aquel pueblo. Eran años de manifestaciones pro autonomía, de idealizar la historia y reclamar una identidad grandiosa. Hoy, mirando a Cataluña, pienso en aquellos días donde se sucedían manifestaciones en muchas comunidades españolas. Incluso recuerdo a mi hermano Luis luciendo una bandera anarquista en una masiva manifestación en Burgos (¡quién te ha visto y quién te ve!).

Pero estoy hace tiempo vacunado de nacionalismos. Me conozco las jugadas maestras de los jugadores en los tableros de los territorios.  

Rememoro, pocos años después, mi juramento a la bandera en el servicio militar, acto cuya voluntariedad "se me supone" como al valor.
Y recuerdo, mucho antes mi cuerpo preadolescente semisdesnudo envuelto en la bandera de España, como ensayo de una obra que nunca se llegó a representar, en un probable capricho voyeurista de aquel hermano marista que era nuestro "formador".
Ahora la única bandera que contemplo ondeando con simpatía es la de nuestra biblioteca escolar.

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Microrrelato (55 palabras): La Princesa y el dragón.

Del dragón lloraba su enorme corazón enamorado. Entre la lanza prendida en su costado brotaba un rojo manantial.  Montado en su caballo blanco el caballero tendió la mano a la princesa liberada. Entonces ella se volvió y depositó un cálido beso en los labios del dragón moribundo. Este gesto fue omitido en la Leyenda Dorada.

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Microrrelato (53 palabras): Expediente X gatuno.

Hacía años que no subía al viejo desván. Allí los vio momificados: uno, dos, tres gatos muertos. Pensó que los felinos habían elegido el lugar como  cementerio sagrado para los de su especie...  En un rincón vio un plato polvoriento; en su fondo aún se distinguían algunos granos de trigo rosado. 

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Microrrelato (52 palabras): Computer K-237

El analista miró desolado los restos chamuscados de la Computer K-237, calcinada tras sufrir un extraño  cortocircuito en el museo de las antiguas máquinas. ¿De dónde sacó la última cadena de texto que envió a su pantalla: "¡Hombres, habéis volado muy alto, y las alas de Ícaro se funden bajo el sol!"?

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Microrrelato (51 palabras): Ella recogía flores.

Ella recogía flores pero nunca las plantaba. Rosas, claveles y azucenas yo cultivaba por ella: eran flores de mi corazón. Ella aspiraba su fragancia, yo sufría en el estiercol. Acabada la primavera en ella quedaron pétalos marchitos, en mí raíces profundas. Al final, de aquel amor no correspondido, yo salí ganando. 

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Microrrelato (50 palabras): Y partió.

Tiró los mapas. Dejó en el armario sus guías. Regaló su brújula. Encerró su gps en el cajón. Olvidó a posta su reloj. A nadie dijo adiós. Madrugó ese día. Al amanecer empezó a andar hacia el sol naciente. Sin volver la vista atrás anduvo hasta el anochecer. No volvió.  

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Microrrelato (49 palabras): ¡Effatá!

Jesucristo metió sus dedos en los oídos de aquel sordo y exclamó: ¡Effatá! Se obró el milagro y el que nunca oía percibía ahora de golpe todos los sonidos de alrededor. 
Para sorpresa de todos, corrió atormentado hasta el borde de un acantilado y se arrojó al mar.   

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Microrrelato (48 palabras): 50%

Decepcionado consigo mismo observó que sólo había escrito quinientos de las mil artículos que se propuso. Echó un vistazo a sus microrrelatos: apenas 50 de los 100 programados... Pensó que estaba claro: debía reducir sus expectativas al 50 %. 
Se propuso, pues, escribir 50 poemas. 
Sólo pudo escribir 25. 

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Microrrelato (47 palabras): Genes egoístas

Si alguien pensaba que en esta naturaleza tan hermosa algo se mueve por puro altruismo debería estudiar biología y reflexionar sobre la feroz competencia por los recursos. 
Quizás los seres menos egoístas, sean los que están realmente solos: las flores del desierto que no molestan a nadie. 

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Miocrorrelato ( 46 palabras): Las plumas.

Su abuelo, un saurio malhumorado, odió aquellas plumas con que nació y que le hacían diferente. Su padre, deprimido,  las despreció  por inútiles y quebradizas. Él no sabía qué pensar: ¿para qué servían? Su hijo aceptó llevarlas sin preguntar. Su nieto aprendió a volar con ellas. 

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Microrrelato (45 palabras): Tobi

Tobi envidiaba a los pájaros. Ellos podían llegar a la luna cuando quisieran, pensaba. Aprovechó que la luna se posaba en las montañas cada anochecer y decidió llegar como él sabía: a la carrera. Corrió todas las tardes en dirección al disco plateado. Nunca llegó, murió exhausto.  

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Microrrelato (44 palabras): Principio de Petter

Era muy bueno y su jefe le ascendió. Trabajó duro y subió el siguiente peldaño. Escaló puesto tras puesto con notable desempeño. Al final llegó a un nivel donde ya no pudo medrar. Allí permaneció el resto de su vida como un perfecto incompetente.

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Microrrelato (43 palabras): Cine bélico

Cuando terminó el documental volvió la vista decepcionado hacia su completa filmoteca bélica. Ni La Guerra de las Galaxias, ni Apocalipsis Now, ni Back Hawk derribado... Ninguna secuencia de helicópteros de acción superaba el dramatismo del ataque de los avispones a la colmena.   

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Microrrelatos (42 palabras): Desaparecidos

Por la televisión  se veían las imágenes de las Abuelas de la Plaza de Mayo reclamando a sus nietos. El joven las contemplaba abstraído. De repente se dirigió a su madre que leía distraída: 
- Mamá, ¿porqué me parezco tan poco a vosotros?
 

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Microrrelato (41 palabras): Divino proyecto.

- ¡Qué catástrofe, Dios! ¡Qué desastre de proyecto! Tu Universo se escurre por el espacio; la Tierra, sí, preciosa; pero el hombre... te salió una calamidad: ¡Exactamente a tu imagen y semejanza, torpe!
Aquel aprendiz de Demiurgo bajó los ojos y lloró. 

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Microrrelato (96 palabras). Un día aciago

Aquella mujer, animal político donde los haya, triunfó en la vida. A punto estuvo de llegar a presidenta de una nación. Fue solicitada por una empresa de cazatalentos... Un día aciago, aparcó en un carril bus y fue multada:  una multa corriente y ciudadana. Su inflado ego no lo pudo soportar. La vimos todos contrita en la confesión pero soberbia en la penitencia, valiente en el verbo pero cobarde en la huida. A ella se le cortó la digestión de su proverbial mala leche y toda la nación echó unas risas. No ganó ninguna elección más.

 

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Micorrelato ( 99palabras): Principio de causalidad

El papá conversaba con su vecino, en un parque de Barcelona: "Cataluña está empantanada, nos ahoga la deuda. La culpa es de España, que hace las cosas con el culo..."

Su hijo, sentado en el columpio, miraba el charco bajo sus pies. Entonces preguntó a su padre:

- Papá: ¿Por qué los mayores construyen los columpios siempre encima de un charco? 

- Mira, hijo, los construyen bien; sólo que del pataleo se va haciendo un hoyo y luego, cuando llueve, se llenan de agua...

Entonces se dio cuenta de lo que estaba diciendo y rectificó:  ¡Per molestar els nens, no dubtis!

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Microrrelato (38 palabras): Crisálida

Media vida arrastrándose, comiendo hasta reventar; interminables horas envolviendo su cuerpo en aquellos cordajes... y ahora, encerrado, notaba que sus miembros se retorcían y desfiguraban. Fue un lento morir, un final sin sentido. Al día siguiente nació mariposa. 

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Microrrelato (37 palabras): La misa.

- ¡Podéis ir en paz!
El sacerdote se retiró a la sacristía. 
Entonces el pequeño, que asistía por primera vez a una misa, le dijo a su madre:
¡Pues a mí no me ha gustado el teatro este!

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