jueves, 1 de enero de 2009

Premiar al premiado

No sé porqué este artículo quizás no vaya a gustar, pero alguien tiene que mirar las cosas desde otro punto de vista...

La FEB (Federación Española de Baloncesto y los compañeros de Pau Gasol de la selección, al igual que hicieron el martes las internacionales expresaron hoy su apoyo a la candidatura del español de los Lakers al Príncipe de Asturias, propuesta por la Federación Española de Baloncesto (FEB) después de conseguir el anillo de la NBA.
En 2005 pemiaron a Fernando Alonso, por ejemplo...

Y yo pienso: ¿Por qué premiar a los ya largamente premiados?

El Príncipe de Asturias da la impresión de estar premiándose a sí mismo... Parece querer tomar un pedazo de la tarta de éxito de tantos deportistas que ya tienen repleta su vitrina.

Este tipo de premios institucionales deberían reconocer la labor en el deporte de tanta gente olvidada que se esfuerza tanto o más que estos personajes tan laureados... Pero probablemente necesite parasitar el éxito ajeno para engordar el propio. ¿Cuándo tendrá la valentía de premiar a un humilde y esforzado desconocido? Nuestro Gran Premio se mira al ombligo. Se mira en el agua de la fama ajena como un bello narciso que se cree hermoso. Y un día se ahogará en la charca.

Veamos los criterios por los que se rije para su concesión:


El Premio Príncipe de Asturias de los Deportes es concedido
desde 1987, a aquella persona o personas, o institución que, además de la ejemplaridad de su vida y obra, haya conseguido nuevas
metas
en la lucha del hombre por superarse a sí mismo
y contribuido
con su esfuerzo, de manera extraordinaria, al perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión de los deportes.

Analicemos estas premisas:
  • La ejemplaridad en la vida: Con todas las presunciones de inocencia del mundo... ¿Qué tal están las cuentas de hacienda de muchos de los deportistas premiados? ¿Se ha echado una ojeada la las residencias fiscales en Suiza para ver porqué no pagan sus impuestos en el país que les premia?
  • Nuevas metas: No dudo de sus grandes metas. Pero las metas y los retos siempre deben ser algo personal y no mediático. ¿No es una meta más extraordinaria recorrer el Camino de Santiago en silla de ruedas? ¿Los logros de cualquier paraolímpico no son igualmente "metas enormes?
  • La lucha del hombre por superarse a sí mismo: No nos engañemos... en realidad se premia al hombre que supera al hombre...
  • Contribuir con su esfuerzo, de manera extraordinaria; al perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión de los deportes: No me lo cuelan... Posiblemente se esfuercen un montón, pero "sarna con gusto no pica". No es tan extraordinario alcanzar estas metas con con tan remunerados estímulos... ¿Cuándo premiarán a un deportista amateur?

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