"El cole se viene abajo". La noticia, anunciada en un claustro extraordinario, nos deja estupefactos. Que el cole se caía a pedazos ya lo sabíamos de sobra; varias veces he caminado sorteando los tubos que soportan los techos, pisando cascotes o alzando la cortina de plástico grapada al techo que separa la parte "segura" de la biblioteca de la zona apuntalada. Allí detrás, en esta especie de sala NBQ (como si estuviera especialmente diseñada para una alarma Nuclear, Bacteriológica y Química) guardábamos entre el polvo y los desconchados cajas vacías , libros de expurgo y paquetes embalados con materiales varios; incluso contuvo un inquietante esqueleto didáctico durante años. Hacía unas elecciones (mejor contar el tiempo así) que se puso la primera piedra del cole nuevo. Estaría situado en la calle Carabela lo que me sugirió un hermoso artículo que publiqué en la revista de la biblioteca del colegio. Durante años visitábamos aquel solar, apenas explanado, que continuaba desierto con la maquinaria recogida y las casetas olvidadas. Después nos enteramos de que la empresa adjudicataria se había desentendido, al parecer al encontrar una base rocosa que afectaba a su cálculo de beneficios. Todavía con el interés intacto nos alegramos de que en nuevo concurso otra empresa se hiciera cargo. Más tarde supimos que igualmente se desvinculó del proyecto. El interés fue decayendo. En la explanada nacieron algunos brotes verdes (literal), ya nadie preguntaba en el colegio. Si el tema surgía se emplazaban las fechas de su inauguración a las próximas elecciones que es cuando se mueven estas cosas en este país. Y de repente... el día 23, en el claustro, cayó como una bomba la noticia:
"El cole se viene abajo (a tierra) y los alumnos del cole se van abajo también (a otro colegio, en la parte baja, y en la otra punta de la localidad)". El cole se derriba y los alumnos se transportan.
La noticia, así de entrada, nos deja una leve taquicardia. ¡Por fin! se mueve el asunto del cole nuevo! ¡Y se construirá en los terrenos del antiguo, a los que teníamos querencia después de tantos años; además de tener una localización envidiable! ¿Cambiar de cole, provisionalmente? - Será una estimulante experiencia: conoceremos gente diferente, instalaciones nuevas, métodos distintos...
Pero la bomba era de racimo. Tras la primera noticia: "...Y hay que hacer la mudanza antes del día 31. Luego viene el puente y el lunes, día 4, entran las excavadoras". ¡Cielos! ¡Nos espera un Hallowenn de infartos! ¡Truco o trato: o recoges todo lo que puedas en tiempo record o se te queda entre los escombros!Hay que recoger, seleccionar y empaquetar todo el material y mobilirario de un colegio en una semana ¡Sin dejar de dar clases!. Enese momento una imagen se apoderó de mi imaginación: 10.000 fondos de la bibioteca alineados en sus estanterías: ¿Cómo lo haríamos? Y después, como en un libro de imágenes, una página tras otra se presentan ante mi vista: secretaría, laboratorio, gimnasio, sala de informática, etc, etc. Programé (somos expertos ¿no?) mentalmente el calendario de la semana: tras cinco horas de clase recoger todas las aulas y espacios en el tiempo de exclusiva: Varias tardes sin cobrar (ya estamos habituados en cursillos, reuniones, etc). Y luego vendrá la colocación... Pienso resignado que ya son dos veces que empaquetamos-desempaquetamos la biblioteca en estos 4 años. Ya no veo libro: veo balones de fúbol despejados a pelotazos.
Nuestro director sigue desgranando las noticias: "...el cole al que nos dirigimos será un colegio concertado..." Bingo: Primicia pedagógica: ¡Experiencia insólita a nivel nacional! ¡Contingencia educativa entre perspectivas diferentes! Todos nos preguntamos... ¿Y cómo seremos recibidos? Porque vamos a vivir a casa ajena y no precisamente invitados por sus moradores... Más tarde nos enteramos que había otra opción: Trasladar nuestros 500 alumnos a Coslada ocupando allí un colegio cerrado en el curso pasado. Una nueva imagen se instala en mi imaginación: veo una flota de 12-15 autocares rodando por la A-3 cada día en horas punta. Leo el cartel que colgaría en los autocares: San Juan Bautista: Escuela Viajera. Un original cole volante sobre ruedas Finalmente los padres deciden "ajuntarse" al colegio concertado; pero pronto nos aclaran que los horarios de entrada, recreos, espacios... se han distribuido para que no coincidamos "en absoluto". Si no podemos hacernos invisibles hemos de hacernos "no coincidentes". Anoto un nuevo modelo matemático para mi próxima explicación en clase: "pararelas próximas no convergentes". Creo que lo de compartir experiencias, encuentros enriquecedores, amplia socialización... se va a desaprovechar. ¡Con lo bonito que sería convertir una molestia en una oportunidad!
En fin. Nos ha pillado el día trabajando a tope tras las clases. Ya sólo quedan dos tardes y aún hay mucho que recoger, embalar, expurgar... El Ayuntamiento ha contratado una empresa para el embalaje y transporte; pero muchas cosas necesitan ser embaladas por cada cual. El equipo directivo está haciendo jornadas maratonianas para conseguir la cuadratura del círculo. Desde las autoridades académicas han sido tajantes: ¡No se puede perder un sólo día de clase! ¡Los niños tienen derecho a ella! (Tras la indolencia de cuatro años: la firmeza de una semana). Todo el mundo colabora en lo que puede. Algunas madres se acercan a la biblioteca: ¿Necesitáis ayuda? Otras se ofrecen discretamente a la profesora:
- ¿Quieres que no traigamos los niños al cole el jueves?
- Pues nos haríais un favor, pero yo tengo que dar clase, ya ves ...
Y el lunes, día 4, diremos adiós al viejo San Juan y saludaremos con un tímido Hola al nuevo pabellón de Bachillerato del colegio concertado Virgen de la Soledad, donde seremos huéspedes forzosos la mayor parte de este curso.
Cuando nuestros pequeños de los azules crezcan, recordarán el día que subieron a los autobuses para ser conducidos a un colegio desconocido; cuando llegaron al nuevo pabellón y entraron en aquel colegio concertado, desconcertados.
miércoles, 30 de octubre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario