Adiós 2013. Emites tus últimos doce latidos mientras sellamos con 12 frutos dulces y esféricos el cuello de botella del frasco tóxico de doce meses sin piedad. Atrapamos en la botella el diablo de la crisis, el miedo, la enfermedad y la desesperación.
Adiós a veinte veces la mala suerte, a doce tijeretazos al bienestar.
Te despido en medio de una tormenta de pólvora con truenos y petardos bajo un cielo oscuro recorrido por serpientes luminosas que escupen chispas de colores. Aquí en el suelo mojado de mi calle zumbadores y brillantes buscapiés nos obligan a saltar entre las baldosas del parque como una rayuela pirotécnica mientras se cruzan los ecos caóticos de las explosiones rebotando en las altas fachadas de los edificios.
2013, adiós. Dejamos tu soledad de número primo y nos despedimos abriendo las ventanas de par en par. Par como el año nuevo: 2014. Año de esperanza.
Esta obra de Jesús Marcial Grande Gutiérrez está bajo una
No hay comentarios:
Publicar un comentario