miércoles, 26 de noviembre de 2014

Entre la espalda y la pared


"Se necesita mucho tiempo para ser un genio. Usted tiene que sentarse mucho, sin hacer nada, realmente no hacer nada." 
Gertrude Stein

Un día leí esta frase de esta singular y personalísima escritora estadounidense y se me quedó grabada. Ha sido como un lema que alzo contra los hacendosos que me miran con ojos acusadores, irritados. Desde que me comprometí conmigo mismo a escribir unos cuantos libros me amparo también en esta otra frase suya:   
"Se necesita un montón de holgazanería para escribir un libro."
Así que me siento en el suelo, apoyo mi espalda contra la pared y no hago aparentemente nada. A veces cojo mi agenda y escribo. En ocasiones se me ocurren genialidades del estilo "Una rosa es una rosa es una rosa", pero nadie aprecia estas tautologías, al menos en mis círculos.

Me paso horas construyendo mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón. Paso largos ratos realizando experimentos idealizados en mi cabeza, operando con las piezas de un set de neuronas. En este laboratorio de sueños obtengo un PIB de primera potencia, pero mi renta es pobre, exigua como ayuda a dependiente.

Soy como la pequeña María de Betania, siempre escuchando palabras divinas, espirituales proyectos... Y Marta me mira, me echa ojos de ira y desprecio. Y pasa ante mí exhibiendo actividad, mostrando quehaceres infinitos.
Yo soy el indolente, el perezoso, el ausente... el que nada vale. Paso la vida entre la espalda y la pared. Quizás mi apoyo, aparentemente ocioso , soporte el peso de un edificio extraordinario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario