"Quince hombres en el cofre del muerto...
¡ja, ja, ja; y una botella de ron!"
Robert Lous Stevenson nació en Edimburgo (Escocia), en 1850 y murió en Samoa, en 1894. Se cumplen hoy, por tanto, 160 años de su nacimiento. El buscador Google le dedica uno de sus curiosos "doodles" (imágen de diseño propio asociada al título del buscador para conmemorar un acontecimiento memorable).
Una de las pocas palabras que conocemos provenientes de Samoa en los Mares del Sur es "Tusilata" que significa contador de historias. Es el nombre que le pusieron los indígenas de las islas en las que estuvo viviendo los últimos años de su vida aquejado por la tuberculosis hasta su temprana muerte a los 44 años. En el corto periodo de los últimos 15 años de su vida, este contador de historias, ha escrito una de las colecciones de aventuras y ensayos más originales e importantes de la historia. Desde su cama, enfermo y convaleciente gran parte de su vida, imaginó todo un mundo de aventuras: "Mi cama es como un pequeño barco" decía. Recorrió gran parte del mundo buscando un clima más benigno para su frágil salud: conoció las llanuras del viejo oeste, los Alpes suizos, la costa californiana, el Mediterráneo, los Mares del Sur...
Desde muy niño, desde que recibió como regalo una Biblia ilustrada, sintió el deseo intenso de ser escritor. Él mismo describió su método de aprendizaje:
"Siempre que leía un libro o un pasaje que me gustaba particularmente, en los que se decía algo o el autor se servía de un efecto con propiedad, cuyo estilo poesía vun brioso vigor, una distinguida elegancia, me apresuraba a sentarme y me obligaba a imitar aquella virtud. No lo lograba y lo sabía, y de nuevo lo intentaba y tampoco lo conseguía, nunca lo conseguía; pero, al menos, gracias a aquellas inútiles tentativas, adquirí cierta práctica con la cadencia, la armonía, la construcción y la coordinación de las partes"
"La Isla del Tesoro", su más conocida novela de aventuras, nació al hilo de una anécdota geográficas con que entretenía a su hijastro Lloyd. Hablando de los lejanos Mares del Sur se se puso a dibujar una isla en el estilo de los viejos libros de viajes. Se le ocurrió llamarle "Isla del Tesoro". Más tarde, ante los ruegos de su hijastro y de acuerdo con sus aficiones, de aquella cartografía infantil surgió una historia que ha seducido a todas las generaciones posteriores. La Isla del Tesoro es, probablemente, la más maravillosa novela de aventuras jamás escrita. Relato impresionante que nos arrastra a contemplar cómo se hunde el sol en el mar estando acodados en el puente de la Hispaniola, inquietos por descubrir en qué momento la tarición pirata va a hacerse efectiva sobre el grupo de propietarios del mapa del tesoro.
La debilidad física de Stevenson, así como su carácter soñador y contemplativo , le acarrearon desde pequeño el calificativo de "el prototipo de la pereza". Su dificultad con la ortografía en sus primeros años, sus estudios forzados de derecho, su enfermedad... no pudieron apartarle del camino del genio: escribir los más perfectos y originales relatos de aventuras jamás escritos. Un auténtico "Tusilata"
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