viernes, 2 de marzo de 2012

Los Pilares de la Tierra


Me puede el sentimiento, me vencen las ganas de publicar un artículo sobre esta catedral singular,  uno de los lugares que más impresión han dejado en los visitantes que conduzco como anfitrión por estas latitudes del sureste madrileño.

Me pregunto si será casualidad que la Catedral del señor Justo se ubique junto a una calle que lleva por nombre el del genial arquitecto Antonio Gaudí. Se hermanan aquí dos "arquitectos" obsesionados con su obra: Antonio Gaudí con su Sagrada Familia, de la cual se enamoró visceralmente hasta el grado de llevar su taller a ella y dedicar buena parte de su vida al fallido intento de su conclusión y el señor Justo Gallego que lleva casi 50 de obstinado afán por terminar su catedral que es a un tiempo hacienda, casa, taller, vida y muerte. Como el ilustre catalán, probablemente tampoco él pueda acabarla.

En la antigüedad se tardaba al menos 30 años en construir una catedral y eso con todo un equipo de trabajadores y financiación generosa. Pero muchas veces los avatares de la historia detenían su construcción por tiempo considerable. Incluso en épocas de prosperidad económica, la construcción de una catedral era un trabajo que requería de una ingente cantidad de mano de obra y fondos, por lo que en su erección se podía tardar más de un siglo.

La catedral de Mejorada -La Catedral del Loco, como dicen los mejoreños- no es tal; no puede serlo pues la Iglesia no la tiene consagrada ni reconocida. Pero lo merece por su grandiosidad, su originalidad y su empeño. No le es permitido oficiar misa en ella, de manera que ésta, que es su gran aspiración, nunca podrá ser realizada. En el pueblo de Mejorada ya existen dos iglesias: parroquia de la Natividad de nuestra Señora, y parroquia madre del Rosario. Ambas están adscritas al obispado de Alcalá de Henares, el cual se muestra cauteloso ante la intención de Justo de donarle, a su muerte, la edificación.

Desde el 12 de octubre de 1963 han pasado casi 50 años en los que, sin faltar un sólo día desde la madrugada al anochecer (excepto domingos), el Señor Justo -arquitecto, diseñador, albañil, soldador, encofrador, soldador, escultor, plomero, pintor... maestro en todo, licenciado en nada- empezara esa obra desorbitada. En un terreno de su propiedad y empeñando todo su patrimonio (era uno de los más significados terratenientes de Mejorada) comenzó a los 27 años la construcción de este templo a partir de "El Nacimiento", una cripta de unos 300 metros cuadrados que construyó mientras se recuperaba de su enfermedad de tuberculosis (motivo por el cual fue expulsado del Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, en Soria).
Con su curación, decidió dedicar un templo mucho mayor a la Virgen del Pilar, a quién se había encomendado.

Durante medio siglo lo ha hecho casi todo solo, con algo de ayuda de sus seis sobrinos o de algún eventual voluntario. En ocasiones ha contratado los servicios de un especialista con su propio dinero. Financiaba su trabajo alquilando o vendiendo terrenos heredados y con donaciones que recibía de cuando en cuando. El proyecto se complicó cuando el dinero se agotó. Los terrenos que tenían la familia Gallego hace tiempo eran de más de 120.000 metros cuadrados, de los cuales vendió bastantes trozos hace años. Uno de ellos, que tenía unos 20.000 m2 fue vendido hace 40 años y le dieron en aquella época 500.000 pesetas, todo un dineral, que utilizó para empezar a edificar la catedral. El señor Justo no puede cobrar por las visitas (la Catedral está edificada en suelo privado, propiedad de la familia de Justo y éste no se ha adherido a ningún plan ni del Gobierno de Madrid, ni de la Diócesis, y por tanto, no puede cobrar entrada por ser un lugar privado y no registrado); de ahí que todo lo que Justo ingresa lo tiene que conseguir en forma de donaciones que se recogen en una gran hucha metálica azul en la entrada. Incluso ha llegado a protagonizar el anuncio de un conocido refresco para disponer de algunos fondos extra para su obra.

A día de hoy, sólo los terrenos donde se asienta la catedral tienen muchísimo valor (solamente el terreno valdría más de 1.200.000 euros), y si se une lo que en sí vale la catedral que está construyendo, el valor es incalculable.

El diseño, la planificación del trabajo, es un reto a la lógica y una trasgresión continua de los cánones.  Justo construyó una imagen mental de su proyecto con ideas extraídas de libros e imágenes, especialmente de catedrales y castillos medievales. Tan sólo algunos dibujos orientan al visitante de la figura imaginada por su creador. Se sabe que en sus inicios hizo una maqueta con palillos que aún conserva pero que no está expuesta al público.

La catedral se extiende en una zona de 8.000 m2 y 35 m de altura hasta la coronación de la cúpula, 2 torres previstas de 60 m. Las soluciones arquitectónicas con tan precarios medios son originalísimas y desmitifican dolorosamente a expertos arquitectos. Según cuentan un grupo de estudiantes de arquitectura en visita a la catedral comentaban al recorrerla: "Estupendo, 5 años de carrera a tomar por culo", refiriéndose a que la estructura y edificación no siguen ninguna de las reglas básicas de construcción modernas. Hormigón, alambres, hierros, bidones usados, ladrillos deformes y deshechados… esos son los materiales que utiliza Justo y que ha podido conseguir mediante donaciones de empresas de los polígonos vecinos, visitas a vertederos y peticiones a los chatarreros cercanos. El uso del hormigón es profuso, las torres de ladrillo son auténticos puzles de piezas irregulares, el armado con ferrallaconstrucciones contemporáneas para dar más ligereza a los edificios.  La cubierta era realizada con chapas superpuestas, al igual que la bóveda de medio cañón de la nave. En una lección práctica de economía y reciclaje usa una rueda de bici a modo de polea para subir los materiales y reutiliza botes de cola-cao para encofrar los pilares.
 
Los elementos ornamentales, en los que se ocupa últimamente, consisten en coloristas pinturas murales, vidrieras con profusión de azules, rojos y amarillos, estatuas realizadas en hormigón... todo ello con diseños ingenuos, casi infantiles. Para las vidrieras usa cristales de colores machacados y pulverizados que atrapa a modo de sanwich entre dos láminas de vidrio selladas con silicona. La monotonía gris del hormigón se rompe en múltiples ventanales coloredados distribuidos por los flancos de las naves central y laterales. Los rayos de sol dibujan en el suelo un caleidoscopio de colores primarios que alegran la tristeza del cemento (el pavimento, aún de obra, no tiene embaldosado alguno).

Casi cincuenta años después, la estructura de la catedral está terminada, abarcando un espacio de 20 x 50 metros. Unos 8.000 m2 están ya construidos o a punto de terminar. Incluyen un complejo de claustros, oficinas, habitaciones para vivienda y una biblioteca. Justo tiene hoy 84 años y sólo dos tercios de la catedral están construidos. Él piensa al respecto que tampoco va tan mal: al fin y al cabo las catedrales de Madrid y Barcelona todavía no están acabadas y llevan en construcción mucho más tiempo. El milagro de su empresa sólo tiene parangón con el milagro que necesita para concluirla. Todos coinciden en que lo que la mantiene en pie es la fe.

Este insólito propósito vital ha llamado la atención en numerosos medios de comunicación, principalmente en el extranjero (nadie es profeta en su tierra). Incluso museos tan emblemáticos como el MOMA de Nueva York incluyeron una exposición fotográfica de su construcción. La primera publicación española que hizo una reseña del hecho fue la revista “Más Allá”, la cual otorgaba al asunto connotaciones paranormales.

Ante la grandiosidad de la mole constructiva algunos aseguran que, en un ataque nuclear, el único edificio de Mejorada que quedaría en pie sería esta construcción. Yo, lego en la materia, debo apuntar serias objeciones arquitectónicas que no puedo callar por su posible incidencia en la seguridad de los posibles fieles que la ocuparan:
El uso del hormigón es profuso (un amigo contratista de obra me comentó, sin embargo; que lo ha usado mal: el fraguado ha de hacerse en un sólo bloque, es decir de una sola vez, si no no es consistente). Por otra parte el reiterado uso de materiales con posibles fallos de consistencia o estructura puede producir caídas o desprendimientos lo que puede hacer muy peligrosa su visita. Son de esperar también errores de cálculo  en la disposición y la resistencia de las estructuras (tengamos en cuenta que los profesionales utilizan medios informáticos y reglas de cálculo muy precisas); podría ocurrir que pilares, escaleras, paredes y techos no soporten las cargas o los centros de gravedad no estén lo suficientemente alineados. El desplome general quizás sea difícil por la masiva utilización del hormigón armado, pero sí pueden producirse desplomes  parciales. También es de esperar que los materiales baratos, en algún caso perecederos, pueden producir fallos de fijación (enfoscados, grietas, etc.)

No sería de extrañar que, a la muerte del señor Justo, la catedral quede como obra inacabada, como esqueleto de una catedral que nadie quiera asumir el riesgo de terminar. Incluso es firme candidata al derribo. Mucha responsabilidad para un proyecto con tanto peligro. ¿Quien asumiría su terminación y la responsabilidad subsiguiente de su uso seguro? Sin contar el aspecto legal, pues ¿Qué licencia de obra tiene? , ¿Qué proyecto visado por el colegio de arquitectos podría conseguir?...

Y sin embargo, un romántico deseo me sustenta la esperanza de que, de alguna manera, se arreglen estos problemas y se inaugure la tan ansiada catedral. Sería un triunfo de la Esperanza. Debería estar dedicada a Ntra. Señora de los Imposibles, mi patrona. Creo haber descubierto el motivo secreto de mi simpatía por esta obra quijotesca: me recuerda mucho, en mínima escala, el espíritu con con que cada día trabajo en su edición: sus poquísimos seguidores y colaboradores, el mínimo apoyo que recibo, la locura de emplear mi tiempo en algo aparentemente inútil y destinado a desaparecer, la falta de conocimientos para una escritura correcta...

Pero la obra sigue. Los pilares de la tierra crecen lentamente hacia un cielo cada vez más cercano. Quién sabe. Quizás ya lo estén rozando.


NOTAS AL MARGEN

Justo Gallego, editó una breve reseña para los visitantes de su catedral. Sintiéndose agobiado  por la cantidad e personas curiosas que se dirigían a él interrumpiendo su trabajo dejo escrito en una de las paredes de la entrada:


Debido a mis problemas de afonía, les ruego eviten hacerme hablar. Si desean información, lean este cartel.
Me llamo Justo Gallego. Nací en Mejorada del Campo el 20 de septiembre de 1925. Desde muy joven sentí una profunda fe cristiana y quise consagrar mi vida al Creador. Por ello ingresé, a la edad de 27 años, en el monasterio de Santa María de la Huera, en Soria, de donde fui expulsado al enfermar de tuberculosis, por miedo al contagio del resto de la comunidad. De vuelta en Mejorada y frustrado este primer camino espiritual, decidí construir, en un terreno de labranza propiedad de mi familia, una obra que ofrecer a Dios. Poco a poco, valiéndome del patrimonio familiar de que disponía, fui levantando este edificio. No existen planos del mismo, ni proyecto oficial. Todo está en mi cabeza. No soy arquitecto, ni albañil, ni tengo ninguna formación relacionada con la construcción. Mi educación más básica quedó interrumpida al estallas la Guerra Civil. Inspirándome en distintos libros sobre catedrales, castillos y otros edificios significativos, fui alumbrando el mío propio. Pero mi fuente principal de luz e inspiración ha sido, sobre todo y ante todo, el Evangelio de Cristo. Él es quien me alumbra y conforta y a él ofrezco mi trabajo en gratitud por la vida que me ha otorgado y en penitencia por quienes no siguen su camino.
Llevo cuarenta y dos años trabajando en esta catedral, he llegado a levantarme a las tres y media de la madrugada para empezar la jornada; a excepción de algunas ayudas esporádicas, todo lo he hecho sólo, la mayoría de las veces con materiales reciclados… Y no existe fecha prevista para su finalización. Me limito a ofrecer al Señor cada día de trabajo que Él quiera concederme, y a sentirme feliz con lo ya alcanzado. Y así seguiré, hasta el fin de mis días, completando esta obra con la valiosísima ayuda que ustedes me brindan. Sirva todo ello para que Dios quede complacido de nosotros y gocemos juntos de Eterna Gloria a Su lado.


En el año2005, la necesidad de fondos para continuar con su obra le llevó a protagonizar en un anuncio publicitario de televisión para Aquarius. Cobró 30.000 euros por ceder la catedral para tres días de rodaje y por participar en él. Por otra parte la compañía Coca Cola, le ha invitado varias veces a ir a Nueva York, para poder visitar el MOMO, el Museo de Arte Moderno de Nueva York donde existe una exposición fotográfica de su obra. Coca Cola se lo pagaría todo pero según Justo él no se subirá a un avión ni loco.


En las últimas etapas de la construcción, Justo ha dependido de donaciones del público. Justo asegura que cerca de 2.000 personas acuden cada verano a visitar la catedral, y son muchos los estudiantes, sobre todo extranjeros, que le ayudan en esta época.
Si estás interesad@ en verle completar su proyecto, puedes hacer tu contribución a través de la cuenta bancaria a su nombre:

BBIC número de Caja Madrid: CAHMESMMXXX
IBAN number: ES56 2038-2814-55-3001190368.
Cuenta bancaria a nombre de : Justo Gallego Martínez
Caja Madrid 2038-2814-55-300119030068
Ave. de Andalucía 3, Mejorada del Campo
28840 Madrid (España)





Te recomendamos este vídeo de excelente factura con un breve documental en inglés sobre la construcción de la catedral.

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