La joven solitaria colgaba en su muro de facebook el enésimo video compartido de unos juguetones gatitos, por su ventana entró un resplandor cegador...
El señor maduro escribía en su blog desde su habitación. Se paró un momento a pensar en la próxima frase de la entrada que escribía, entonces enscuchó el terrible trueno...
La niña twuitteaba con su móvil recién comprado, en ese momento sintió que vibraban los cristales...
El aire se electrizó instantáneamente y potentes corrientes eléctricas se desplazaron en flujos rapidísimos. Los cables de alta tensión estallaron como una mecha continua de fusibles sobrevoltados. Los circuitos chisporrotearon, los condensadores estallaron, los led se derritieron, las placas se chamuscaron... Los móviles enmudecieron, los ordenadores se apagaron entre pequeñas volutas de humo...
El super-PEM, un pulso electromagnético descomunal, había sido provocado. Era una respuesta defensiva a un ataque nuclear con misiles teledirigidos. Éstos, erráticos, explosionaban ahora sobre el mar.
Los adolescentes se miraron. Uno de ellos dijo tímidamente: ¡Hola!...
La joven solitaria se asomó a la ventana. Vio un pequeño gatito asustado en el jardín. Bajó corriendo y le cogió en su regazo...
El señor maduro se levantó de su silla y salió a la calle. Enseguida se unió al grupo de vecinos que intentaban poner en marcha un viejo generador...
La niña, llorando, salió corriendo a buscar a su vecina. Se abrazaron y estuvieron así mucho rato. Luego vieron a otra niña asustada por la calle. La fueron a buscar y la dieron la mano...
Y otra vida comenzó.
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