Si bien es verdad que una imagen vale por mil palabras, también lo es que en cada palabra pueden esconderse mil imágenes: un millar de fotografías que encierran un concepto. En el cine, a 24 fotogramas por segundo, se cuenta una historia que el lenguaje condensa en una palabra, en un símbolo de nuestro lenguaje hablado. Inicio aquí una serie de entradas en el blog en las que comentaré las escenas que más me han impactado en el universo cinematográfico que he tenido la dicha de contemplar. Quizás las compartas, quizá no; pero te aseguro que a mí impresionaron. A veces, cuando pienso en ciertas palabras, esas imágenes acuden desde el recuerdo y se reproducen ante mi. En 42 segundos y medio, mil imágenes desarrollan una danza que tiene nombre propio:
"Desolación"
He recordado estas estas imágenes recientemente cuando leí el libro de Vladimir Arsenev sobre el que está basada la película "Dersú Uzala", "El cazador". A esas alturas de la película, Dersú Uzala, el cazador chino de la tribu Hezhen, que servía de guía al pequeño grupo de militares exploradores ya había sido presentado de forma magistral por el director del film: el genial Akira Kurosawa y el espectador era consciente de la profunda admiración y amistad que se profesan los protagonistas.
La aventura en cuestión transcurre en la inmensidad de un lago helado. Las escenas fueron rodadas en los escenarios originales de la taiga siberiana y el escenario es posiblemente idéntico al de la situación real vivida y narrada por Arsenev. Las imágenes logran transmitir con su terrible belleza la desolación de aquellos parajes y el estado de ánimo del capitán, que comprende que van a morir. La única esperanza, la única fe, será la experiencia e inteligencia natural de Dersú, su guía, que le impone una actividad frenética cuyo sentido no llega a adivinar pero a la que se somete por la confianza que le inspira. La fotografía resulta bellísima y el desesperado frenesí de los personajes por construír su refugio está narrado con suma maestría por el genial director, que atravesaba por aquellas fechas una severa depresión que casi lo lleva al suicidio. Como la pareja protagonista, no se dejó vencer por las dificultades y el desánimo: la lucha y la determinación salvaron sus vidas.
Bien....esperaré esas entradas, eh? =)))
ResponderEliminarVine del blog de Manuel, andaba de boba y llegué a tu blog.
Saludos :D
Hola, Liliana.
ResponderEliminarGracias por tu visita. Esto es como casa familiar donde llama una vecina. Eres bienvenida. Espero no aburrir y que mi conversación (mis entradas) te resulten interesantes.