Podía ser Franco, Acaso Musolini, quizá Stalin, seguramente Hitler (la parodia y el atrezzo no deja lugar a dudas)... o también probablemente Donald Trump, porque casi seguro eso será lo nos espera (si le dejan). Cada uno de ellos impone, domina, dicta... Todos ellos son el gran
Dictador
Para la genialidad se requieren pocos medios. La sencillez es aliada del genio. Un uniforme, un frío decorado palaciego, un globo... y la irreverencia, la ácida ironía, la risa; se convierten en el arma de destrucción masiva más barata y efectiva contra la dictadura.
Rescato de mi filmoteca particular esta escena. Confieso que no he visto completamente la película (me la apunto de deberes ahora mismo); pero sí que me he fijado desde hace tiempo en esta secuencia. Son unos miles de fotogramas muy vistos, es un clásico del cine, está en todos los manuales ya lo sé; pero es genial y única: cuando oigo la palabra Dictador enseguida me acuerdo de Hitler y por un momento me estremezco, pero luego acuden a mi memoria estas imágenes... y sonrío. Hay esperanza.
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