Huxley, Aldous. Un mundo feliz.
"Reclamo el derecho a ser desgraciado"... Tendemos a "librarnos de todo lo desagradable en lugar de aprender a soportarlo" ... "La felicidad universal conserva los engranajes funcionando con regularidad; la verdad y la belleza, no" ... "La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza."
"Todos pertenecemos a todos" (A. Huxley)
Leo sorprendido que Mark Zuckerberg, el fundador y presidente de la red social Facebook, va a implementar un botón de "No me gusta" en sus menús de opiniones interactivas en los muros de los usuarios. Esta decisión obedece, según declara en una sesión de preguntas organizada en internet, a la fuerte demanda manifestada por usuarios que se encontraban perplejos ante la opción de tener que dar un "me gusta" a noticias luctuosas como el fallecimiento de un familiar, por ejemplo. Aquí, evidentemente el botón "like" parecería raro, si no insultante. Actualmente sus técnicos están en pruebas y, algunos medios, ya comentan la nueva perspectiva. en breve aparecerá el botón "dislike".
La noticia me obliga a reflexionar sobre el inmenso poder de las redes sociales y las formas de manipulación que utilizan. Inmediatamente asocio este tema con una obra maestra de la literatura de ficción futurista "Un Mundo Feliz" escrita en 1931 (y sin embargo rabiosamente actual). Su autor, Aldous Huxley, plantea el futuro en una sociedad aparentemente feliz, estructurada en rígidas clases sociales (alfa, beta, gamma, delta y épsilon), donde los individuos son condicionados mediante hipnopedia (aprendizaje con repetición de mensajes durante el sueño) para estar satisfechos de su papel social y controlados mediante "soma" (una droga embriagadora) para mantener su ilusión de bienestar. El Estado utiliza estos procedimientos para que nadie se sienta infeliz. En definitiva, los ciudadanos son prisioneros de una sociedad que los somete mediante una "pseudofelicidad" artificial. A todo esto se suma la perdida de la cultura y el arte lo que hace que se suprima cualquier tipo de espiritualidad teniendo como único objetivo el placer y los juegos (Sigo escribiendo sobre la novela, no sobre Facebook ¿o ya te habías perdido?)
Suenan perturbadoramente familiares las frases utilizadas en aquellos condicionamientos de "hipnopedia":
¿Quién no ha leído apabullantes expresiones que remiten a lo majos, maravillosos, inteligentes y originales que somos? ¿O a lo felices que nos sentimos y lo bien que lo pasamos?. Somos #cracks, #losputosamos, #lacaña, #lomás... Y claro (citando también a Huxley):
Leo sorprendido que Mark Zuckerberg, el fundador y presidente de la red social Facebook, va a implementar un botón de "No me gusta" en sus menús de opiniones interactivas en los muros de los usuarios. Esta decisión obedece, según declara en una sesión de preguntas organizada en internet, a la fuerte demanda manifestada por usuarios que se encontraban perplejos ante la opción de tener que dar un "me gusta" a noticias luctuosas como el fallecimiento de un familiar, por ejemplo. Aquí, evidentemente el botón "like" parecería raro, si no insultante. Actualmente sus técnicos están en pruebas y, algunos medios, ya comentan la nueva perspectiva. en breve aparecerá el botón "dislike".
La noticia me obliga a reflexionar sobre el inmenso poder de las redes sociales y las formas de manipulación que utilizan. Inmediatamente asocio este tema con una obra maestra de la literatura de ficción futurista "Un Mundo Feliz" escrita en 1931 (y sin embargo rabiosamente actual). Su autor, Aldous Huxley, plantea el futuro en una sociedad aparentemente feliz, estructurada en rígidas clases sociales (alfa, beta, gamma, delta y épsilon), donde los individuos son condicionados mediante hipnopedia (aprendizaje con repetición de mensajes durante el sueño) para estar satisfechos de su papel social y controlados mediante "soma" (una droga embriagadora) para mantener su ilusión de bienestar. El Estado utiliza estos procedimientos para que nadie se sienta infeliz. En definitiva, los ciudadanos son prisioneros de una sociedad que los somete mediante una "pseudofelicidad" artificial. A todo esto se suma la perdida de la cultura y el arte lo que hace que se suprima cualquier tipo de espiritualidad teniendo como único objetivo el placer y los juegos (Sigo escribiendo sobre la novela, no sobre Facebook ¿o ya te habías perdido?)
Suenan perturbadoramente familiares las frases utilizadas en aquellos condicionamientos de "hipnopedia":
“Eres feliz ,eres un alfa , los beta son inútiles”...¿Acaso no suenan a las repetidas expresiones que encontramos en los comentarios de facebook?
“Estoy feliz de ser un beta, porque no tengo tanta responsabilidad como los sabelotodo alfa, pero soy más inteligente que esos gamma“
¿Quién no ha leído apabullantes expresiones que remiten a lo majos, maravillosos, inteligentes y originales que somos? ¿O a lo felices que nos sentimos y lo bien que lo pasamos?. Somos #cracks, #losputosamos, #lacaña, #lomás... Y claro (citando también a Huxley):
"La felicidad es un patrón muy duro, especialmente la felicidad de los demás. Un patrón mucho más severo, si uno no ha sido condicionado para aceptarla, que la verdad"
En alguna ocasión he encontrado comentarios en facebook de gente que rechaza e incluso abronca a quienes ponen noticias tristes o escenas sensibles: "Yo no me conecto para eso -afirman- venimos aquí para pasarlo bien reírnos". En una escena crucial de la novela se discute sobre el hecho de que el dolor y la angustia son parte tan necesaria de la vida como la alegría, y que sin ellos, poniéndolo en perspectiva, la alegría pierde significado alguno.
Así que, ya pueden temblar los 1.400.000.000 de usuarios de Facebook: el botón del rechazo, el ladrillazo a la autoestima está al caer.
Pero... Yo no me creo mucho que la Red Social por excelencia, renuncie a su control de soma (pastillas de la felicidad en forma de halagos y con forma de botón). ¿Qué apostáis a que su uso será restringido y su valor limitado? ¡Jamás permitirá en su virtual hipnopedia que sufran sus usuarios! Sería su perdición, pero acaso, la salvación de todos.
Así que, ya pueden temblar los 1.400.000.000 de usuarios de Facebook: el botón del rechazo, el ladrillazo a la autoestima está al caer.
Pero... Yo no me creo mucho que la Red Social por excelencia, renuncie a su control de soma (pastillas de la felicidad en forma de halagos y con forma de botón). ¿Qué apostáis a que su uso será restringido y su valor limitado? ¡Jamás permitirá en su virtual hipnopedia que sufran sus usuarios! Sería su perdición, pero acaso, la salvación de todos.
Supongo que es necesario ese botón de "No me gusta"
ResponderEliminarLa invasión de las redes sociales provoca contradicciones de este tipo. No puede ser que todo lo que vea me guste, habrá cosas que también disgusten.
Vemos imágenes desagradables, accidentes, fallecimientos, etc. donde quisiera pinchar en "No me gusta".
No es oro todo lo que reluce, ni todo el monte es orégano... también se irrita la piel con alguna ortiga.
Como reitero en el artículo la desgracia, la infelicidad, hacen del mundo un lugar con valor, con contrastes, un mundo más rico y real. Los que llevan permanentemente gafas de color rosa jamás apreciarán la belleza de los colores.
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