martes, 26 de febrero de 2013

MIs disgustos favoritos


Me sublevan los grifos abiertos chorreando agua hirviendo sobre un plato solitario, las ventanas abiertas de par en par a las 6 de la mañana durante horas mientras el aire caliente de la calefacción se fuga al espacio helado de la calle despreciando la furiosa combustión de la caldera de gas.

Me enfurece el ruido inútil de los escapes libres, los altavoces forzados hasta volúmenes extremos, los gritos prescindibles, la marcha que se queda, la alegría obligatoria...

Me crispa la cháchara intrascendente de obligada audición, los duos desafinados en las conversaciones, los instrumentos que monopolizan la orquesta de las palabras...

Me cabrea el papel arrojado impunemente al suelo, el cigarrillo encendido que se tira aún humeante a la acera, las mondas de naranja arrojadas por la ventanilla...

Me desagrada el halago empalagoso, el peloteo servil, las declaraciones almibaradas, las palmaditas en la espalda, los besos protocolarios...

Me apena el familiar que fallece, el amigo que perdí, el niño que no juega, el mendigo solitario, la madre agobiada, el hombre desperdiciado, los olvidados en los pozos, los esqueletos de los sótanos, los enterrados en vida,  los condenados al olvido...

Me repugnan los comerciantes de secretos, los falsificadores de la historia, los torturadores de la verdad...

Me revientan los actores de los escándalos y el público que los saborea, el exhibicionismo hortera de los famosos y el papanatismo de su público...

Me asquean los manipuladores de personas, los traficantes de poder, los dictadores de la información, los socios del club de los corruptos, la hermandades de privilegiados...

Me enfada el tiempo perdido, las oportunidades desaprovechadas, los intentos que no fueron, las dudas castradoras...

Me incomoda la tribu uniformada, las pinturas de guerra, los ritos identitarios, las ceremonias de la inclusión y de la exclusión tan parecidas; la veleta del campanario de las ideas...

Me repelen los puros, los perfectos, los santos, los listos, los narcisistas...

... el resto de las cosas me hacen razonablemente feliz.  

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