lunes, 18 de febrero de 2013

Por un mal gesto

El hombre entró en el bar y se dirigió al camarero ocupado en colocar los vasos bajo el mostrador. Dos clientes leían el periódico unos metros más alla, al otro lado de la barra. El recién llegado se le acercó y le pidió amablemente: -Hola, buenos día, un café cortado, por favor.

El camarero se giró y, sin mirar al nuevo cliente ni hacer gesto alguno de que le hubiera oído, se dirigió a uno de los parroquianos: - Esta tarde el Madrid le gana al Manchester...

El cliente, asombrado y dolido, se volvió y echó a andar hacia la puerta.  Se despidió de espaldas mientras salía del local - ¡Hasta otra!,  que en realidad sonaba como ¡Hasta nunca!..

El camarero le miró asombrado mientras traspasaba la puerta. Los clientes miraron y comprendieron,  pero no hicieron comentario alguno, seguramente conocían al empleado del local.

El hombre aplacó un leve coraje y echó cuentas: más de 100 días que tendría que venir a trabajar a los pisos de enfrente: 100 desayunos con algo de bollería... Estimó que aquel mal gesto le costaría unos 200 euros al dueño del local. Y no estaban los tiempos para despreciarlos. ¡Hay gente que no aprende!

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