El 10 de octubre de 1985 murió el superdotado actor y director Orson Welles. Que esa fecha coincida con mi cumpleaños me hace dedicarle hoy esta entrada del blog y, precisamente, en esta sección que homenajea al Séptimo arte, ese que tanto amó.
Ciudadano Kane, considerada como una de las diez mejores películas de la historia del cine, comienza por el final del magnate norteamericano Kane, que parece representar a un personaje real. el magnate de la prensa Charles Foster Kane, aunque Welles siempre defendió que era una fusión de varios personajes de la época. Sea como fuere, Un hombre solo está a punto de morir en una oscura habitación.
Las imágenes intentan contarlo todo pero no dicen nada. Una palabra es la clave pero nadie comprende su significado: Rosebud. Cuando la pequeña bola de cristal con su encerrado universo nevado cae, rueda y se rompe parece borrarse para siempre la clave de la vida de un hombre. El ciudadano Kane, célebre, rico y poderoso ha dejado el misterio de su vida sin resolver. Toda una película genial se dedicará a lograr entender a este hombre poderoso, alguien que podía obtener lo que quisiera ... ¿o no?
En la última escena de la película, ¡por fin! y solo para el espectador que ya está a punto de abandonar su butaca se desvela el misterio: El último recuerdo, la última voluntad del moribundo es la vuelta a la lejana y feliz Infancia.
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