En cuanto a su etimología el Diccionario de la Real Academia afirma que procede del francés "fétiche", y significa "Ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos". Lo que no dice, y sí consta en COROMINAS; es que el término francés "fétiche", que data de 1605, se tomó de la forma portuguesa "feitiço", mal pronunciada por los negros de las colonias; y ésta, a su vez, del español "hechizo", que ya en 1495, con el sentido de "artificioso, postizo", aparece sustantivado en el significado de "artificio supersticioso de que se valen los hechiceros". A partir del participio pasivo de hacer, ‘hecho’, se formó la palabra hechizo en español hacia fines del siglo XV, con el significado antedicho, según definía el Diccionario español-latino (1495), de Antonio de Nebrija.
Hechicero, palabra también formada a partir de ‘hacer’, ya aparecía registrada en nuestra lengua desde Calila y Dimna, un libro de cuentos anónimo traducido del árabe por iniciativa de Alfonso X. Hechicero y hechizo pasaron al portugués como feiticeiro y feitiço. Esta segunda palabra portuguesa llegó luego al francés como fetiche; más tarde, al inglés como fetish. En ambas lenguas denomina objetos de hechicería africana, tales como amuletos y talismanes, y finalmente, reingresó al castellano con este significado, bajo la nueva forma fetiche.
Como vemos el significado de esta palabra es un viaje de ida y vuelta y, como en un hechizo autorealizado, su original sentido de artificio del hechicero se transmuta, cual hechizo conceptual, en totem, amuleto, talismán...
Esta tendencia que poseemos de hacer mágicos determinados objetos es tan humana que creo que todos, en alguna medida, la manifestamos. Aparece en la manía de hacer los exámenes con determinada pluma, guardar un mechón de cabello de la persona amada, dormir con nuestro peluche favorito... Incluso pienso que tiene que ver con la alquimia que opoera al contemplar la fotografía de un ser querido y acariciamos el papel que apresa su imagen.
Ahora en este, mi blog, he decidido mostraros mis fetiches. Cada uno de ellos tiene un significado especial para mí y cada uno esconde una historia. A partir de hoy, de cuando en cuando, abriré el viejo baúl de mis tesoros y os revelaré el secreto de su conservación tanto tiempo. Rescataré del olvido esos objetos singulares: son mi magia, me hacen fuerte. Con vosotros comparto su poder.
Estaremos pendientes de la apertura del cofre, o mejor dicho, como decía aquella canción: "buscando en el baúl de los recuerdos..."
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