sábado, 28 de enero de 2012

Del OK al KO

OK. Así en un escueto email autorizaba Ignacio Urgandarín, el yernísimo, el deshacio de una mujer y posterior embargo de parte de su sueldo al que, dicen, tienen localizado. Un "All Correct" que de correcto no tiene nada. Como igualmente inmoral e incorrecto es  utilizar asociaciones y fundaciones que luchan por los desfavorecidos (los "sinfavores" de la Tierra) para la compraventa de favores personales. Algo muy grave ha tenido que pasar para que a un deportista laureado y campeonísmo se le hayan subido las muchas copas a la cabeza. ¿Qué niña querrá, a partir de ahora, ser princesa? ¿Quién puede  ya asegurar la honorabilidad de su rey? En el esperado discurso navideño, nuestro monarca aseguraba que “la justicia debe de ser igual para todos”, pero (Orwel dixit) ¿para unos más igual que para otros? ¿Porqué, tras conocer los turbios manejos de su yerno, le ofreció la posibilidad de "desaparecer" de la escena? ¿Por qué no lo denunció? ¿Por qué se comienza la instrucción sumarial justamente a los cinco años de dejar la presidencia de Nóos, precisamente cuando comienzan a prescribir los delitos?
Leo los periódicos con la mirada triste, con la esperanza perdida, con la inocencia violada. Al hombre le duermen con cuentos, decía León Felipe:

Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.


Ya sólo me queda la brutal pegada del boxeador golpeado. Sólo deseo la justicia por venganza y un round final con un directo a la mandíbula: Ignarcio Urgandarín. Perdedor por KO.

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